Venerable Madre Nah KinSuprema Mujer Chamán del Nuevo Tiempo 

La Venerable Madre Nah Kin es la Líder Espiritual de la Tradición Maya Solar, del Linaje Sacerdotal de los Ahaukines. Doctora en psicología, conferencista internacional, escritora, mujer chamán: la Venerable Madre expande por todo el mundo el Conocimiento Sagrado Maya mediante conferencias, talleres y seminarios.

 

Las Claves Sagradas que se le han revelado las transmite con sublime autenticidad. Ha sido una incansable difusora de la Sabiduría Maya Solar emanada del Maestro Solar Kinich Ahau; ha compartido la Ascensión Solar, la Alineación Armónica, el Legado de la Rueda de Sabiduría Maya con eficientes aplicaciones, las Geometrías Sagradas de Hunab-Kú, la asistencia de los Grupos Angélicos y la Conciencia Solar que nos sincroniza con el Nuevo Tiempo, además de las trascendentales enseñanzas para la Mujer.

 

Ha ido depositando la semilla de la sabiduría en cientos y cientos de personas en diferentes países del mundo.

 

Desde temprana edad tuvo percepciones extrasensoriales y a la edad de 7 años su abuela le dio la transmisión chamánica. ¿Nos podría hablar sobre cómo fue su niñez y como le afectó nacer con “la visión despierta”? Soy un ser “consciente”, que por libre elección decidí encarnar en este tiempo. Me recuerdo visualizando a mi madre como una joven mujer que elegí por su gran generosidad. Mis 7 primeros años de vida fui cuidada y custodiada espiritualmente por mi abuela Camila, gran mujer de visión y de un profundo conocimiento chamánico quien, con palabras claras y explicaciones sencillas, me ofreció un conocimiento transcendental que ha perdurado a lo largo de mi vida. Con absoluta facilidad podría ver los otros reinos, tanto seres de luz, ángeles, como almas y energías; por lo tanto algunas experiencias eran bellas y otras inquietantes. Sin embargo, las consideraba totalmente naturales hasta que me di cuenta alrededor de los 9 o 10 años que el resto de las personas no veían lo que yo sí estaba viendo.

 

Ha dicho que su vida está dedicada a cumplir una misión divina. ¿Podría compartirla con nuestros lectores?