Esta aventura dio inició a mediados del 2005, cuando por una serie de extrañas coincidencias conocí a un hombre de India que afirmaba estar viviendo más de una década sin la necesidad de ingerir alimentos sólidos, ¿Cuál era su fuente principal de nutrientes y vida?: La Luz Solar.

Lejos de presentarse como un yogui consumado o mostrarnos su extraña habilidad como el resultado de una vida dedicada a lo sobrenatural, este fascinante individuo nos sorprendió en cambio con su sencillez y honestidad. Su mensaje era al mismo tiempo poderoso y simple como la verdad, y resonó en lo profundo de mí ser con tal fuerza que de inmediato me reconocí en sus palabras y el sendero que estas señalaban, comprometiéndome con la idea de repetir desde mi particular posición, la extraordinaria aventura en la que este sujeto se había embarcado, y que sentía con gran intensidad era la pieza clave del rompecabezas que por largos años me había empeñado en armar.

Para fines de Agosto del 2006, y luego de más de un año y meses de persistente atención y trabajo interno, me descubrí listo para abandonar el sistema de vida antiguo, y por los siguientes 2 años deje los alimentos sólidos para nutrirme de luz, manteniéndome en un estado de salud física y mental optimas, y con la suficiente energía como para funcionar de manera eficiente en todos los ámbitos en los que se desarrolló mi vida social y familiar.

Decidí lanzarme a esta experiencia porque desde siempre he estado interesado en el potencial ilimitado del ser humano, y en los años previos al 2005 mi salud no había estado muy bien. Mi digestión era una autentica tortura y tenía bastante sobrepeso. Los doctores diagnosticaron y prescribieron medicamentos para: Colon irritable, Crohn’s disease, Helicobacter Pilori, etc. Y nada realmente funcionaba. Llegue a pensar que la única solución sería dejar de comer y para mi sorpresa el universo me presentó la alternativa del Surya Yoga (yoga solar), la que adopte por unos años y que ciertamente me sanó en muchos niveles.

La conducta de no comer es desde todo punto de vista un acto antisocial si consideramos que la humanidad ha sido condicionada por generaciones al consumo de alimentos sólidos, por lo que mi familia se sintió bastante afectada por mi nueva exploración y algunos de ellos hasta creían que se trataba de una forma de anorexia o suicidio (¡!) Aun varios medios de comunicación de los que había sido invitado regular dejaron de invitarme súbitamente.