Quiero conocer los pensamientos de Dios … ¡en ecuación matemática! Por: Lic. Alexandra Mas, LMFT, CHt “Quiero conocer los pensamientos de Dios… ¡en ecuación matemática!” es una frase atribuida a Albert Einstein. Date cuenta de la simplicidad y la grandeza que encierra esta declaración. Un deseo del que se sabe merecedor, expresado en términos simples, pero muy claro. Establece lo que se quiere y como ha de recibirse… Dista mucho de esos terribles clamores que le hacemos a… ¿Dios? Porque nuestras oraciones son listas interminables de órdenes que le damos a ese Dios antropomórfico que nos hemos inventado. El que se supone que haga lo que le decimos y nos de lo que le pedimos… si rogamos lo suficiente. El tema es que como “lo hemos creado a nuestra imagen y semejanza”, desconfiamos del ¡y encima nos aterra! Sin duda no se trata del mismo que decimos que es Amor y nos dio libre albedrío para que se haga nuestra voluntad… Si hasta ahora hemos orado para “subir” información y llegamos a la conclusión que “Dios no nos oye”, entonces, lo que necesitamos es “bajar” información; hacer una descarga, un download. Todos los grandes genios de la humanidad sabían intuitivamente esta verdad… Thomas Alba Edison meditaba diariamente para acceder el plano de las ideas y no se levantaba de su butaca (donde no permitía que nadie se sentara) hasta que lograba “ver en detalle”. Decía que el trabajo real era contener la emoción que le causaba pensar en el invento pues cuando se emocionaba demasiado no lograba concretarlo… Einstein se desrealizaba a través de la música. Cuando notaba que su mente pensante se entrometía demasiado en su trabajo, sacaba su violín e interpretaba a Mozart. ¿Por que Mozart? Porque la música de Mozart, decía, “contiene todos los secretos del universo”. Cuando lograba acceder a la mente universal, “obtenía” lo que necesitaba y regresaba a trabajar. Orar es bueno, de hecho, su función es que nos oigamos a nosotros mismos. De esta forma nuestra mente inconsciente, creadora de nuestra experiencia, graba y reproduce las afirmaciones para materializar nuestras necesidades y deseos, de acuerdo a las emociones y sentimientos con que vibra nuestra mente subconsciente. Nosotros somos el mensajero, el mensaje y el canal de manifestación… ¡somos los pies y las manos del señor! Comparte esto: Click to share on Facebook (Opens in new window) Facebook Click to share on X (Opens in new window) X