El valor oculto de la mirada En la búsqueda del “iris ideal” los expertos han tratado de clasificar de distintas formas las constituciones, clases y grados de acuerdo con las categorías y densidades del iris. Por ello, recientemente, la escuela alemana de Iridiología explicó el concepto de “constitución irídica”, factor clave para comprender que en esta disciplina las tendencias constitucionales son de vital importancia pues indican las probabilidades de dirigirse hacia ciertos problemas de salud. No obstante, puesto que esto no puede aseverar categóricamente que el paciente vaya a tener una patología concreta, dentro de estas tendencias constitucionales se encuentran ciertos tipos y subtipos donde se definen (por necesidad de categorizar) las distintas tendencias a enfermar y a sanar. Este concepto se relaciona directamente con los tipos patológicos, diátesis de la Homeopatía o con la Medicina Funcional; esto es, con las constituciones linfáticas (iris azules), hematógenas (iris marrones) y mixtas (poseen diferentes subtipos constitucionales). Pero, ¿cómo se examina el iris y qué se tiene en cuenta? Éste debería ser examinado a la luz del día pero, por las dificultades de que así sea en las consultas cerradas, deberemos hacerlo con una luz artificial halógena. En primera instancia puede hacerse un examen general sobre los dos iris, teniendo en cuenta también otros hallazgos que resulten llamativos ya que pueden ser de gran interés. Por ejemplo: si una persona lleva gafas será conveniente saber si es miope ya que, en estos casos, la pupila tiende a estar siempre más dilatada o fijarnos en si es nerviosa ya que parpadeará en exceso, causando un lagrimeo que desvirtuará el diagnóstico por cansancio al intentar mantener el ojo quieto y abierto… A posteriori, se hará un estudio de mayor profundidad usando también una lente de aumento, una cámara fotográfica digital de alta calidad y un mapa iridiológico para señalar todos los signos que aparezcan en el iris del paciente y así poder contrastar su evolución en los siguientes exámenes. Existen otras herramientas interesantes, como el contactoscopio, que puede ser de utilidad para que el paciente pueda observar su propio iris mientras se le explica el significado iridiológico de los hallazgos anotados para hacerle partícipe. Comparte esto: Click to share on Facebook (Opens in new window) Facebook Click to share on X (Opens in new window) X