Por Mary Cook, M.A., R.A.S.

La resistencia nace del miedo. No es la asertividad saludable o la imposición de límites. No es examinar, comprender y resolver los problemas. No es dejar ir y dejar a Dios. Es pretender que podemos extinguir algo empujándolo lejos con pensamientos negativos.

Resistir a la tristeza aumenta sus energías, atrayendo a nosotros a la gente y las experiencias tristes, hasta que reconozcamos nuestra propia tristeza. Resistirse a la curación del abuso, hace que sea más probable que se produzca más abuso. Resistirse a los reglamentos de la sociedad resulta en más reglas y restricciones que nos imponen. Resistir la ira significa que nos volvemos auto-destructivos, agresivo pasivos, o varias veces atraemos a la gente enojada y las circunstancias estresantes. Después le echamos la culpa a otros por lo que nos hace enojar. Resistir el aprendizaje, significa que las mismas lecciones que nos disgustan, nos siguen afectando con aun más consecuencias negativas.

Cuando los pensamientos resistentes no son suficientes para protegen del miedo, utilizamos a las compulsiones para ayudarnos en nuestro intento de engañarnos a nosotros mismos. Ahora combinamos pensamientos negativos resistentes a las compulsiones resistentes, para darnos ilusiones artificiales temporales de que nuestra vida es lo contrario de lo que resistimos.

Podemos resistir la sensación de debilidad e inferioridad, al abusar de las drogas estimulantes que ofrecen falsas creencias de poder e invulnerabilidad. Sin embargo, eventualmente terminamos paranoicos  y encarcelados en el odio a nosotros mismos y en espacios pequeños. Podemos resistir el dolor interno y la depresión, con la euforia inducida por el alcohol, hasta que la resistencia y el alcoholismo nos dominan y nos encontramos en un estado de desesperación abrumadora, de la pérdida de esperanza, y en la vergüenza.

Podemos resistir los sentimientos y los recuerdos de intrusiones dañinas, imposiciones y violaciones de los demás hacia nosotros, mediante la práctica de los trastornos alimentarios. El control de lo que ponemos en nuestros cuerpos y de lo que nos deshacemos y evitamos, nos da la ilusión de seguridad, de comodidad, de poder y nutrimento. Entonces, terminamos haciéndonos a nosotros mismos un daño físico peligroso, aumentando la ansiedad, la depresión y el miedo.

Podemos resistir dolorosos sentimientos de impotencia ante las personas enfermas que determinaron nuestro bienestar en la infancia, al co-dependientemente controlar y enfocarnos en los demás. Esto se traduce en relaciones hostiles de dependencia, las luchas inútiles de poder y los sentimientos crecientes de ira, miedo, frustración e impotencia.

Podemos resistir a los sentimientos de bajo autoestima emocional, mediante el uso de la adicción al trabajo que nos provee con logros externos y con valor. Entonces experimentamos incesante presión para tener éxito, y una incapacidad para relajarnos y disfrutar de nosotros mismos, no importa lo que logramos. Y nuestras parejas se quejan de que no tenemos nada que darles.

No podemos llegar a un lugar nuevo, cuando la resistencia es la herramienta. El miedo crea un futuro similar al pasado, y nos impide experimentar un momento único en el presente. Y el presente es el único lugar donde tenemos poder para el cambio positivo. La resistencia es un ejercicio isométrico que mantiene nuestro cuerpo rígido, nuestras mentes cerradas y nuestras vidas se convierten en víctimas de nuestras propias creencias falsas.

En lugar de resistencia, podemos responder a lo que no nos gusta, tratando de entender su génesis y lo que provoca en nosotros emocional, mental y físicamente. Después, podemos utilizar nuestra intuición psicológica y espiritual para determinar la respuesta más saludable. La vida nunca cesa en sus intentos de iluminarnos. Y una vez que estemos de acuerdo en ser un estudiante dispuesto y abierto, nuestra vida se desarrollará, en lugar de permanecer estancada y reproduciendo los mismos temas y dolores en nuestro corazón.

Abrazar a nuestros sentimientos de tristeza con compasión nos llorar y seguir adelante. Libera las hormonas del estrés, y eventualmente nos sentimos más ligeros y con más energía. Abordar el abuso y la curación nos da la oportunidad de percibirnos a nosotros mismos como un seres completos y santos, en lugar de vernos cómo objetos para ser usados, abusados y odiados. Cumplir con las normas trae experiencias de aprendizaje que se traducen en mayores libertades y la adquisición de conocimientos valiosos. Experimentar la ira y las circunstancias de sus inicios en un ambiente terapéutico, libera su energía destructiva y revela los sentimientos subyacentes vulnerables para que podamos sentirlos, comprenderlos y sanar.

Cuando dejamos de resistir a nuestro trabajo interno de sanación y crecimiento, podemos examinar dolorosos sentimientos, pensamientos y recuerdos con la luz de la perspectiva de un adulto y con apoyo espiritual. Podemos preguntarnos de qué manera sana o áreas de la vida experimentamos la competencia, la alegría y la serenidad. Podemos identificar las áreas para establecer los límites apropiados, y demostrar seguridad personal y la auto-alimentación. Podemos encontrar modelos saludables para aprender acerca de las relaciones, encontrar nuevas personas que sustituyan el rol de padres amorosos, desarrollar nuestra verdadera identidad y aprender a vivir con integridad. Podemos escuchar a los demás que se sienten cómodos con la reflexión personal y el intercambio de sentimientos, y aprender a confiar en este proceso y la fuerza interior y unión que trae.

Con el fin de evolucionar, tenemos que dejar a un lado el miedo en favor de la fe. Debemos practicar la asertividad en lugar de la agresividad o pasividad. Cuando nos enfrentamos a nuestros problemas y el dolor con la mente tranquila y el corazón compasivo, estamos en el camino a la resolución. Abrazando la curiosidad, apertura mental y la humildad facilita la libertad, la paz, el aprendizaje permanente, el propósito significativo y cumplimiento. Renunciar a la voluntariedad y los defectos de carácter permite que Dios obre a través de nosotros. Cuando la resistencia se cae, todo puede ser transformado a lo mejor que puede ser.

WWW.MARYCOOKMA.COM  Mary Cook es la autora de “Grace Lost and Found: A partir de adicciones y compulsiones a la satisfacción y serenidad”, disponible en Barnes & Noble, Amazon.com, etc. María tiene más de 35 años de práctica clínica y 29 años de experiencia en la enseñanza universitaria. Ella es una oradora nacional y tiene una práctica privada en San Pedro, CA. María está disponible para el asesoramiento telefónico y o en su oficina, la meditación guiada, charlas y capacitación en servicio. Póngase en contacto con ella en MaryCookMA@att.net y vea su sitio web para más información.

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