Cuídense de la “desesperanza”, en agotarse en mitad del camino. El fin de la obscuridad ya sucedió. Éstos son solamente remanentes de energías obscuras que la luz está liberando para que ya no estén más en nuestra existencia. Confíen en el proceso, vívanlo con sabiduría y comprensión, y llénense de amor por ustedes mismos.

 

En el proceso de generación de la planta, continúa el momento cuando la planta brota de la tierra, su insipiente tallo y sus minúsculas hojas se presentan a la superficie. Es la demostración de que la vida ha llegado a la Tierra.

 

En analogía con el proceso transformador que está viviendo la humanidad, la tercera fase está asociada con la presentación de comportamientos, actitudes, formas de interacción, nuevas estructuras de desempeño, tanto personal como en la interacción humana. Comenzaremos a ensayar nuevas formas de ser, de relacionarnos y de manifestarnos en la vida.

 

Éste es el nuevo mundo por venir, que sin ser sólido y perfecto al comienzo, sí genera las bases para lo que llamaremos una Edad Dorada. En esta fase, el cambio de las personas se transforma en un cambio social, y en un Nuevo Orden Mundial.

 

En la última fase de florecimiento, la planta se yergue majestuosa, sus hojas son fuertes, la vida ha florecido completamente. De la misma manera, el ser humano en esta fase alcanza la expresión completa de su Ser Superior. Es el momento donde el ser humano es traslúcido, expresando íntegramente las virtudes, dones, facultades y atributos que proceden de la esfera superior de su Ser, y que están en íntima comunión con la grandeza del espíritu.

 

Estoy segura que a partir de ese nivel vamos a generar cientos o miles de años de una era de expansión completa de la luz, el tiempo del reinado del espíritu, y el cese de todo sufrimiento y limitación en esta Tierra.

 

¿Qué consejo le daría a las personas para superar esta segunda etapa de desanimo en la que estamos?

 

Lo primero que les aconsejo es que tengan PACIENCIA. Todo proceso de cambio, como transformación o mutación, requiere un tiempo para irse consolidando, por lo que se hace indispensable revestirnos de gran paciencia y consideración al proceso que nosotros mismos estamos viviendo; sin caer en la desesperación, que sólo nos da la falsa sensación de “que no estamos avanzando”.