Suicidio: siempre hay otra solución Lo que quiero decirle a todos aquellos que están considerando o han contemplado el suicidio es lo siguiente: La primera cosa que cada víctima de suicidio descubre y clama a los cielos, momentos después de salir de cuerpo es, “¡Oh, Dios mío! Yo no tenía que hacer eso.” Otras realizaciones inmediatas que todos tienen son: (A) Un deseo de no haberlo hecho y un gran sentimiento de frustración por no poder cruzar de nuevo el umbral y regresar a su cuerpo; (B) No haber concebido las ramificaciones del suicidio sobre sus vidas y los viajes de sus almas (obviamente); (C) No haber tenido alguna idea del impacto que sus suicidios iban a tener en sus amigos, familiares y seres queridos (que ahora pueden ver claramente desde el otro lado); y (d) una disposición a dar todo lo que puedan para tener la oportunidad de tomar esa decisión otra vez, esta vez eligiendo vivir. Nunca he encontrado una sola excepción a esta cadena de reacciones a un suicidio. ¿Por qué te estoy diciendo esto? Es para que tú no tengas que pasar por ese mismo trauma. La segunda cosa más importante que quiero decirle a cualquier persona que pueda estar leyendo estas palabras y que está considerando quitarse su preciosa vida, es lo siguiente: Siempre hay otro camino. Siempre hay una manera de encontrar la salida del laberinto y salir de su difícil situación, sin tener que tomar su propia vida… siempre. Así que, por favor, no pierdas la esperanza. Si no encuentras la ayuda que necesitas donde estés, ve a otro lugar, encuéntralo en otro lugar, en otra persona – lo que sea necesario: por teléfono, a pie, en autobús, en avión. Por favor, debes saber que siempre hay ayuda disponible… siempre. Y si sientes que has intentado todo para conseguir ayuda, por favor pídele ayuda a Dios aún más fuerte y Él te enviará ayuda. Todas las oraciones son escuchadas, todas las oraciones son contestadas… cuando la llamada es sincera y perseverante. Dios se mostrará y responderá al grito de tu alma en busca de ayuda. Es el instinto de los padres. Pero es sólo por la fe que ganamos la intimidad con Dios. Debe de tener fe y creer. Comparte esto: Click to share on Facebook (Opens in new window) Facebook Click to share on X (Opens in new window) X