Nos pasamos la vida ansiando amor cuando el amor no se crea ni se destruye, se comparte y se expresa pues lo llevamos dentro y está en todos lados. El trabajo pendiente que tenemos es para con las barreras internas que nosotros mismos nos ponemos y que nos bloquean.

Amar no es sufrir ni desear, es un estado de expansión de la consciencia que nos dirige hacia la unidad, a una vida de continua creación y aceptación. Cuanto más profundo es el nivel de consciencia, más gratificante será aquello que vivamos.

Y es que, el alimento esencial para los lazos de amor es la perfecta unión entre la aceptación, el perdón y el respeto.  Cuando amamos irradiamos amor y nuestro entorno está en armonía con nuestra paz interior, convirtiéndonos en una fuente de felicidad y alegría.

El amor consciente requiere vivir “el aquí y el ahora” aceptando lo que viene y no intentando retener lo que se va. Si nos enfocamos en el pasado o en el futuro no estamos viviendo el presente, lo cual nos conduce a estados emocionales que se relacionan con la ansiedad, la tristeza, el desamor… Aprendiendo a perdonar sanaremos la relación con nosotros mismos, la aceptación y el respeto nos permitirán amar sin juicios.

“Todo es amor… todo es amor. Con el amor llega la comprensión. Con la comprensión llega la paciencia. Y entonces el tiempo se detiene. Y todo es ahora”, dice el Dr. Brian Weiss. Por ello, el mejor regalo que puede recibirse a diario es el de ser contemplado, escuchado y entendido aquí y ahora, sin que importe nada más. Asimismo, el mejor regalo que se puede hacer es el de   contemplar, escuchar y entender.