Liberese del mal humor haciendo ejercicio Participar regularmente en programas de ejercicios (aeróbicos, tai-chi, yoga, etc.) y observar los resultados, aumenta el sentimiento de logros alcanzados y de estar en control de la propia vida, lo que evidentemente interrumpe el espiral descendente de los pensamientos negativos que son típicos en la estructura de la depresión. Naturalmente la autoestima se eleva junto con la resistencia física y el sentimiento de bienestar que resultan del ejercicio regular. Otro beneficio no muy divulgado y que quizá solo he visto que se ponga en evidencia en las escuelas de Yoga, es que el ejercicio ayuda a mantenernos en el presente, pues el hecho de prestar toda nuestra atención al desempeño y la actividad del cuerpo en el ahora, posibilita una autentica curación tanto física como psicológica. Y mientras la depresión solo sobrevive de empujar nuestra atención hacia el pasado, y la ansiedad de proyectarnos enfermizamente hacia las consecuencias futuras, el enfocarnos por el contrario en el presente y el ahora, nos libera de semejantes cargas y nos invita a la experiencia completa de este instante, pues ciertamente usted no puede ser feliz hace 15 años atrás, ni puede serlo dentro de 20 en el futuro, si es que no empieza a sembrar las semillas de la felicidad en este momento, en que tomando la decisión de sentirse bien, empieza a bailar la canción que mas le gusta, sale a correr o pedalear en la bicicleta alredor del bloque de su casa o se decide a nadar en la piscina que todos los días lo invita a darse un chapuzón. Si bien el ejercicio no es un hábito que se forme de un día para otro y los beneficios en la apariencia física no se aprecian instantáneamente, es importante dejarles saber que la disciplina requerida para su ejecución no es algo nuevo, pues el aprendizaje ya existe en el subconsciente de cada uno ustedes leyendo este articulo; si no me creen bastara recordarles que alguna vez fueron bebes de brazos, hasta que llego el luminoso día en que se decidieron a imitar a los adultos en el ejercicio de ponerse de pie y caminar. Y déjenme decirles que no fue un aprendizaje fácil y que cayeron infinidad de veces antes de que las piernas se fortalecieran o de conseguir ponerse en pie; sin embargo infinidad de veces también se levantaron y persistieron con alegría hasta conseguir la meta de caminar independientemente. Y ahora ya ni siquiera necesitan pensar en ello sino que simplemente lo hacen de manera automática. La disciplina para ejercitarse y persistir hasta conseguir la meta quedo allí muy bien instalada, y así como no olvidaran ni en los próximos 30 años el manejar una bicicleta una vez que han aprendido a hacerlo, el cuerpo tampoco ha olvidado la disciplina y persistencia del ejercicio que ahora solo necesitan recordar al ponerse en actividad otra vez. Comparte esto: Click to share on Facebook (Opens in new window) Facebook Click to share on X (Opens in new window) X