por Chandi Devirecesion-espiritual

La mayoría de las personas en el inicio de su práctica espiritual están tan inspiradas, llenas de brío y entusiasmo (a menudo llamado el “período de luna de miel”). En un primer momento, pueden sentirse motivados a hacer sus prácticas todos los días, pero si se centran sólo en el resultado final de sus prácticas, se convierten en personas que toman acción y en después de un tiempo se aburren. A medida que su interés decae, sus esperanzas se desvanecen y se vuelven desilusionados o aburridos. Así que comienzan la búsqueda de otra solución rápida.

Su enfoque no debe ser  un objetivo del futuro, sino del presente, convirtiéndose en el testigo más que en el hacedor. Es importante no tener expectativas, sino “permitir”, porque junto con la expectativa viene su gemelo opuesto, la decepción.

La práctica espiritual no puede prosperar en una serie de soluciones rápidas. Es largo, lento y arduo, pero también es gratificante, transformativo y mágico. Pero se tiene que tener paciencia sin expectativas. La mayoría de las personas, sin embargo, se apresuran a partir de una cosa a otra sin comprometerse lo suficiente como para medir los beneficios. Quieren experiencias en tan corto período de tiempo como sea humanamente posible.

Soluciones rápidas fijas no son la cura para el aburrimiento o de una vida insatisfecha. Talleres semanales pueden ser emocionantes, pero esto te cansará cuando tus expectativas no se materialicen. Los talleres son maravillosos cuando proporcionan una continuidad de tus prácticas, pero de lo que estoy hablando aquí es de la actitud inconsciente de que vamos a intentar esto, vamos a probar ese método. Cuantas más cosas “probemos” sólo para tener algo que hacer en la noche del sábado, más difícil será alcanzar la meta. Sufres de decepción a causa de esta aparente falta de resultados, así que empiezas a buscar la siguiente cosa.

Esta es la mentalidad de comida rápida a la espiritualidad – rápida, fácil, cómoda y sin problemas. Tienes miedo de algún tipo de compromiso y en el momento en que tienes que comprometerte, eres libre para in en búsqueda de la próxima gran cosa. Esta falta de atención creará una recesión del espíritu, que puede ser muy perjudicial. Al igual que una lavadora atorada en un ciclo, la ropa nunca se lava. Te sientes mareado por tantas vueltas.