Conforme te das cuenta y experimentas esto, cada interacción se convierte en un beso, cada interacción se vuelve íntima. Cuando estás abierto, cuando estás disponible, cada experiencia es un beso de lo divino en sus múltiples formas.

1. Cuando caminas por el parque, observa los árboles, las flores, el mar – todos ellos te sonríen, te saludan, y te abrazan si les das la oportunidad.

2. En vez de juzgar a tu cuerpo por sus defectos e imperfecciones percibidas, la práctica dejarte caer en él y experimentarlo por completo. Tu cuerpo está siempre vivo con amor.

3. En cada interacción, ya sea agradable o desagradable, permítete experimentar el amor que está por debajo del placer o el dolor.

El amor está sucediendo todo el tiempo. Simplemente deja que la vida te ame. Eso es lo que está diseñada para hacer, si le das la oportunidad. Así que en lugar de pensar que el amor viene de una experiencia particular, usa cada experiencia en la que sientes amor para recordar lo que ya es y siempre será así.

Cuando experimentas un momento de amor, un abrazo de un amigo, un abrazo con tu amante, una sonrisa en el rostro de un niño, deja que te recuerden el amor que siempre está ahí, siempre está disponible, todo el tiempo. Utiliza esa experiencia para recordar que la vida es el amor sucediendo, y tú eres intrínseco, indispensable, una parte exquisitamente bella de la historia de amor cósmico.

Sarah María, autora de “Love Your Body, Love Your Life”, describe su proceso de 5 pasos para ayudarte a sentirte bien en y alrededor de tu cuerpo. Visita: www.sarahmaria.com o para más información.

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