La psicología de comer Por Braxton Cosby Justo antes de tomar un bocado de ese sándwich de jamón y queso, o sumergirte en esa rebanada deliciosa de pastel de chocolate, hazte estas preguntas. ¿Por qué comes lo que comes? ¿Por qué comiste cuando comiste? ¿Por qué comes precisamente eso? Si te sientes un poco intimidado por las preguntas, no te sientas mal por ello. No estás solo. La mayoría de las personas nunca se han planteado las mismas preguntas. ¿Sabes por qué? Porque comer se ha convertido en una actividad que es más innata que consciente. Ya no sólo comemos porque sentimos hambre, nosotros lo hacemos por una plétora de razones diferentes. Algunas personas comen porque la comida está disponible, mientras que algunas personas comen en situaciones sociales. Otros (como yo) comen debido a la hora del día. Nuestros ritmos circadianos normales dictan que es hora de comer, sobre todo para proporcionar las fuentes de energía que yo necesito para funcionar eficientemente para otro día de ejercicio y entrenamiento. Luego está el grupo de personas que comen porque les encanta comer. No hay nada malo con cualquiera de estas razones, a excepción de cuando empiezan a abrumarnos, creando personas que son obesas y luchando para mantener el peso, IMC, glucemia, la presión arterial y el colesterol en niveles normales. Me gustaría preguntarle a la gente por qué comen o por qué quieren comer, justo cuando se encuentran en medio de tomar un bocado, sólo para ver cómo responden. Me miran con una expresión que apesta a algo no muy halagador. No hace falta decir que no soy el tipo más popular durante la comida. Pero este es el área donde podemos hacer un impacto más profundo en nuestra salud, a nivel mental. Si vamos a tomar el control de nuestra salud, ya no podemos vivir como esclavos de la rutina y acción inconscientes. Tenemos que tomar cognitivamente control de nuestros pensamientos y seguir adelante con las acciones que reflejan nuestro enfoque. Si estamos tratando de vivir una vida saludable, tenemos que pensar saludable. Inicia con una re-programación. Mira la agenda de tu día y trata de imaginar cómo puedes configurar tus comidas diarias. Tienes que mirar el número de veces que comes durante el día. Debe constar de tres comidas y dos aperitivos (que se encuentran dispersos entre las comidas 1 y 2 y entre las comidas 2 y 3). Esto te permitirá encender tu metabolismo haciendo que el estómago y el sistema digestivo funcionen durante todo el día. Comer sólo dos veces al día o tres veces al día hace que el sistema digestivo esté inactivo durante una gran parte del día. Se queda inactivo, y despierta sólo cuando es necesario. Utilizar el sistema digestivo para descomponer los alimentos y suministrar lo que le cuerpo necesita requiere de energía. Por lo tanto, cuanto más se utiliza el sistema, más energía gasta, lo que potencialmente puede aumentar tu metabolismo. Pero no tuerzas mis palabras. No decidas comer demasiado sólo porque yo te dije que comieras más veces. Lo que hace aumentar tu metabolismo es cuestión de lo que comes. La clave está en las comidas que están repartidas entre carnes, carbohidratos y vegetales. Los alimentos que son altos en fibra y tardan más en descomponerse son fantásticos como bocadillos porque te hacen sentir más lleno durante todo el día, lo que elimina la posibilidad de los atracones. Por último, establece tiempos durante el día en el que comerás y mantenlos – eso hará la diferencia. A tu cuerpo le encanta ser eficiente en lo que hace a diario. Este mantenimiento del ambiente interior se llama homeostasis. Aunque el mantenimiento de un ambiente interno constante no es perfectamente posible para los estándares humanos, no impide que el cuerpo deje de intentarlo. Por lo tanto, tienes que utilizar esto a tu ventaja y regular constantemente todo lo que puedas para que el proceso avance y lo puedas hacer más eficiente. Encontrarás que tu cuerpo va a fijar su propio horario y no sólo mejorará su capacidad para controlar tu peso, sino que también podría mejorar tus patrones de sueño y aumentar tu claridad mental. Ahora que hemos aclarado el aire, echemos un vistazo a la alimentación poco saludable. ¿Por qué lo hacemos? Hábitos. Cultura. Disponibilidad. La facilidad de acceso. Costo. Si he dejado alguna razón atrás, inserta tu propia razón aquí ___________. Comparte esto: Click to share on Facebook (Opens in new window) Facebook Click to share on X (Opens in new window) X