Transformación con la diosa Sekhmet

por Nicki Scully

Todas las personas desarrollan patrones durante la infancia y la niñez que, independientemente de qué tan conscientes somos, dirigen nuestras respuestas a los desafíos de la vida. Es debido a estos patrones que reaccionamos con impotencia o rabia. Perdemos nuestro centro y a menudo ocultamos o actuamos de manera inconsciente, creando el caos o causándonos daño a nosotros mismos o a los que nos rodean. Podemos anhelar el abrazo dulce de Morfeo, el estado de embriaguez o sueño durante el cual estos sentimientos a veces desaparecen mágicamente hasta la próxima vez. A menudo desarrollamos modelos de vida que dan lugar a la atracción de las experiencias que son perjudiciales o limitantes. Si somos capaces de transformar estos patrones negativos profundamente arraigados, la energía utilizada para mantenerlos puede ser puesta en libertad y la podemos utilizar para aplicaciones más productivas y constructivas. Entonces nuestras respuestas a la vida serían diferentes, más ricas y más conscientes.

Este proceso de transformación es una especie de alquimia, una manera de convertir el plomo de nuestras respuestas inconscientes y profundamente arraigadas en el oro de la elección iluminada. Al igual que la alquimia, es un proceso de cocción, de manera similar al de hornear el pan.

En la Sanación Alquímica, los viejos patrones de nuestros hábitos son los ingredientes que son transformados. Con la orientación de un consejero o terapeuta entrenado en el chamanismo o los viajes inter-dimensionales, puedes invitar a estos patrones elevarse a tu conciencia, y después puedes transformarlos en una representación simbólica de los demonios que te atormentan, y ofrecérselos a la diosa de la transformación. Yo trabajo con Sekhmet, la diosa leona del antiguo Egipto, debido a que me atrae su imagen arquetípica y mi resonancia personal con ella. Si para ti funciona mejor otra tradición, la fórmula alquímica sigue siendo la misma. Sólo tienes que encontrar el arquetipo correspondiente apropiado.

Aunque Sekhmet es una diosa de curación compasiva y poderosa, también es la gran destructora. Ella representa el fuego femenino a la que confías tus patrones inadecuados, y es en su vientre que se produce la transformación. Ella es el recipiente, sólido y flexible, que te mantiene seguro mientras se cocinan y se digieren tus demonios y son transformados en su versión más productiva y útil.

El mito de Sekhmet, aunque constantemente alterado a través de eones de narración, habla de una diosa que llega a la Tierra para hacerle frente a una población humana que había perdido el respeto a su creador. La leyenda cuenta que hubo un tiempo cuando Ra, el dios del sol, gobernó el cielo y todos los que habitaban la Tierra. Era día, mientras el sol brillaba sobre la tierra; y era noche cuando Ra era tragado por la diosa y transportado a través de la noche en las alas de la oscuridad, hasta que nacía de nuevo anunciando el nuevo día. Se ha dicho que Ra se cansó. Él fue percibido como débil y decrépito por la gente que ya no le rendía homenaje, y su culto aminoró.

Ra miró a su creación, y en su consternación le pidió a la diosa Sekhmet para poner las cosas en orden. A medida que Sekhmet recorría la tierra vio mucho sufrimiento humano innecesario. Percibió cómo la ley cósmica era contaminada. Ella soltó su ira sobre los moradores de la Tierra y llenó la tierra con cuerpos sangrantes. Adquirió un apetito por la sangre y la carnicería no tuvo límites. Ra entristeció cuando vio a los residuos deshechos causados por Sekhmet.

A causa de sus poderes divinos, él sabía que no podía obligarla a que descontinuara la masacre salvaje. Él tendría que recurrir al engaño. Esa noche, mientras ella descansaba, les pidió a sus sacerdotes preparar 7000 cubas de cerveza de cebada, enriquecidas con la raíz de mandrágora y el jugo de granada que la hacía parecerse a la sangre. Justo antes del amanecer derramaron la cerveza sobre los campos donde Sekhmet pasaría. Cuando ella se despertó, volvió a su banquete. Ella comenzó a lamer los charcos de la “sangre” de los campos y pronto se embriagó, sin dejar de beber hasta que la cerveza la hizo incapaz de llevar a cabo la masacre.  Según el mito, ella se transformó en su aspecto más dócil como la diosa en forma de vaca Hathor, y la especie humana fue salvada.

Este cuento omite mención de la compasión ilimitada de Sekhmet, sus excepcionales dones de sanación, su poder y su libertad.

La premisa de que la ira de Sekhmet se puede templar a través de la intoxicación y la pérdida del conocimiento o el sueño, muestra cómo el paradigma de todo el mundo actual necesita cambiar. Ya no podemos darnos el lujo de retroceder a la inconsciencia, o que nuestra libertad sea despojada. Nuestros demonios personales son parte de nosotros mismos, y ellos también, son divinos.

Cualquier persona se puede conectar directamente con Sekhmet a través de los viajes chamánicos u otras formas de meditación interactiva. Las visualizaciones guiadas con un profesional experimentado que ya está familiarizado con Sekhmet pueden ser útiles. A medida que desarrollas una relación con ella, comenzarán a despertar sus atributos y su poder dentro de ti. A pesar de que trae un aspecto salvaje que requiere el auto-control, hay también una amplia fuente de amor incondicional, compasión, el verdadero equilibrio, confianza, libertad pura, y la capacidad de ser dueño de tu verdadera identidad y propósito.

Cuando elijas intencionalmente hacer cambios fundamentales en ti, puedes entrar en alianza sagrada con Sekhmet. Una vez que estés cómodo con ella, puedes evocar los viejos patrones que ya no te sirven, transformarlos en una representación simbólica, admitir que son tuyos, y entrégate a Sekhmet. Ella te devorará completamente. Es dentro de su vientre, durante el tiempo que se tarda en digerir y convertir a los patrones que hemos traído, que vas a experimentar con plena conciencia y participación, este proceso alquímico de transformación.

Conéctate con Nicki en: shamanicjourneys.com.  Nicki Scully fue una presentadora en la Conferencia de junio 2012 Despertar Espiritual.