LOS CICLOS NATURALES DEL CUERPO

Del latín cyclus, un ciclo es cierto periodo temporal que, una vez finalizado, vuelve a empezar, es decir una secuencia de etapas que atraviesa un suceso y que mantiene un cierto orden.

En nuestro organismo existen ciclos fisiológicos que se basan en funciones básicas tales como el ritmo cardiaco que ocurre cada segundo,  ciclos como el de sueño-vigilia que tiene lugar en horas  o el ciclo menstrual que se desarrolla en días.

Desde el punto de vista humano no estamos acostumbrados a los ritmos y solemos confundirlo en nuestras actividades cotidianas con la rutina, pero imaginemos por un momento que el sol se cansara de salir en la mañana porque esta aburrido de hacer lo mismo cada día o que el corazón se pusiera a pensar en tener una función diferente porque necesita algo más emocionante.

Aterrador ¿verdad? Pues bien necesitamos y vivimos apegados a ritmos, ciclos y hábitos que en definitiva nos mantienen vivos.

En lo que respecta a la alimentación la capacidad humana de procesar los alimentos se basa en el funcionamiento eficaz de 3 ciclos regulares y cotidianos, como son:

  1. Del mediodía hasta las 8 de la noche estamos bajo un proceso de apropiación, es decir ingestión y digestión.
  2. De las 8 de la noche a las 4 de la mañana asimilamos, absorbemos y le damos uso a los nutrientes.
  3. De las 4 de la mañana hasta el mediodía estamos bajo una fase de eliminación. 

Veamos esto desde el punto de vista práctico: cuando nos levantamos eliminamos desechos, por medio de la evacuación, la micción, el moco nasal  o la tos, sacando así del cuerpo las toxinas.

Durante el día que estamos en la fase de apropiación son mejor aprovechado los alimentos, quemamos grasas más fácilmente y tenemos una mejor digestión, pero al caer la noche el metabolismo va en descenso  porque nos acercamos a la asimilación y si queremos mantenernos en buen peso no es conveniente ingerir carbohidratos como pan, harinas, féculas en horas de la noche porque el organismo los va a reservar en forma de grasas.

Tampoco realizar  comidas copiosas porque el cuerpo entra en una fase de receso con disminución de todas sus funciones, incluyendo la digestiva, preparándose para el descanso.

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