EL INTERRUPTOR EN TU CABEZA

Por Eli Bravo

¿Alguna vez has puesto tu atención en la forma como evalúas las cosas que te suceden? Por ejemplo, supongamos que a media mañana un compañero de trabajo te pregunta “¿cómo va la vida?” y tú le lanzas una letanía de quejas para describir las pocas horas que han pasado desde que abriste los ojos.

No importa que le sumes dos cucharadas de azúcar al café, para efectos prácticos, la amargura ya te contagió el ánimo.

Claro que amanecer con dolor de espaldas o en medio de una crisis económica puede ser motivo para andar con los nervios de punta. Pero más allá de la situación objetiva (si es que existe tal cosa) es importante reconocer el aditivo que significa tu percepción sobre el asunto. Porque cuando esa percepción actúa como gasolina sobre los chispazos de mal humor… lo que viene es candela.

Ya imaginarás por donde vengo: una cosa es lo que te sucede y otra la forma como la interpretas.INTERRUPTOR_omtimes

O como dijo el filósofo y emperador Marco Aurelio “Si te sientes dolido por las cosas, no son estas las que te molestan, sino tu propio juico acerca de ellas. Y está en tu poder cambiar ese juicio ahora mismo”.

Fíjate que no dijo cambiar las cosas (que podrías intentarlo, pero eso no ocurrirá con solo desearlo) sino los juicios que tienes sobre ellas.

Esto significa hacer el ejercicio consciente de auto-observarte y detectar la reacción automática que aflora cuando percibes algo que te desagrada. Esta emoción, que se dispara en los circuitos básicos del cerebro, puede ser modulada con la intervención de las zonas más evolucionadas.

Es lo que los psicólogos llaman revaluar la situación y es una práctica que te permite controlar mejor esas emociones.

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