Fotografiar el aura permite observar los cambios que en ella se registran.

Los ojos, espejo del alma

Esta expresión de la sabiduría popular pone de manifiesto no sólo una enorme fuente de información sino que refleja la importancia de dirigir la atención a nuestros ojos invitando a reflexionar sobre la relación ojo /alma/espejo. Observar cómo es posible decodificar nuestros diferentes planos entrando por ese maravilloso portal que se abre a profundidades insospechadas en la apertura del Registro Akáshico, nos regala el asombro. Ya desde el antiguo Egipto, la iridología o iriología es un recurso y método de diagnóstico.

Permite conocer el estado de salud físico, emocional y mental de la persona, su historial clínico y tendencias futuras, a través de la interpretación de lesiones, manchas, líneas que se van reflejando en el iris del ojo.

Un terapeuta experimentado puede alcanzar una lectura más profunda y enriquecer su diagnóstico llevándolo a planos de mayor vibración cuando conduce a su consultante a través del Akasha.

Motivada por los evidentes cambios provocados por la apertura de los Registros Akáshicos, se generaba la sospecha de que la iriología podría aportar nuevas comprobaciones así como datos de importancia.

Trabajando, en la práctica, con una reconocida irióloga , comprobamos no sólo la alteración luego de abrir el Registro Akáshico de la persona sino que, al cerrar el mismo, se puede observar cómo la energía se “pone en movimiento”. Aquello que se leía en el iris, como estático, antes de la apertura, después, muestra la “puesta en marcha” de la circulación energética hacia el equilibrio.

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