• Evita seleccionar a la persona desde la “química o pasión”, lo cual te puede hacer inferir que estas enamorada, pero cuidado, pues lo que puede significar es que tengas deseo. La etapa del enamoramiento, por lo general, va desde uno a dos años y ese estado, que algunas veces te embriaga y adormece, no te deja percibir la verdadera personalidad de tu pareja.

• Pregúntate: ¿Para qué, por qué y cómo quiero una relación de pareja? Haz una lista de las cualidades que te gustaría que tenga tu pareja, recuerda siempre que de alguna forma tú también tienes que tener desarrolladas en ti esas cualidades. ¿Se ama esa persona a si misma? ¿Cómo manifiesta su amor al relacionarse con la gente? ¿Demuestra su bondad y generosidad? ¿Es responsable, se auto sustenta económicamente, estudia? ¿Tiene metas presentes y a futuro? ¿Disfruta la vida, tiene buen humor? ¿Sientes que es natural y auténtico? ¿Te gustaría tener hijos con ese ser?

• También es importante indagar si tiene una buena relación con sus padres. Cuando se honran y agradecen las raíces y los seres que nos dieron la vida tenemos más posibilidades de tener una relación de pareja en armonía.

• Debes estar consciente de que hombres y mujeres tenemos necesidades emocionales diferentes. Para la mujer es vital sentirse amada y saber que es importante en la vida de su pareja. Si no se comparten objetivos y prioridades de vida semejantes, la persona que selecciones podría resultar la equivocada.

• La piel y la compatibilidad son fundamentales al igual que los intereses comunes. El hecho que les agrade sobremanera algunas cosas o les indigne otras resulta altamente valioso para la relación. El objetivo de vida debe ser común y el crecimiento de la pareja debe ir acentuándose en la medida que el compromiso se va consolidando, bien sea que decidan casarse o vivir juntos.

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