El tejido de dos Dicho esto, me atrevo a proponer algunos puntos para estar alerta y mantener la llama del amor y el compromiso de crecer como individuos dentro de las relaciones con el otro que llegamos a llamar pareja, complemento, opuesto, amor, amante. Mirar al otro con respeto quiere decir observar su historia particular y muy específica. Su origen, eventos importantes de la infancia, padres y las historias de la familia que en esta vuelta nos dejan las alforjas llenas de caminos difíciles que solo se verán en el otro como sombras en busca de luz. Tal vez lo que miramos en el otro desde la rabia y frustración termina siendo una pequeña señal de lo que difícilmente logramos reconocer en el otro y que nos pertenece con todas las letras como un tesoro de conciencia. Nuestro ser amado termina siendo, a ratos, parlante, micrófono y hasta un radio de la voz que hemos callado por miedo, dolor y las heridas que quedaron tapadas detrás de nosotros sin darnos cuenta. Mirar al ser amado como un espejo dejando que la emoción más grande sea vaya revelando a cada haz de luz en la cotidianidad de tu alma, será entonces lo único que pueda ganarle la batalla a la vida, que intenta perpetuarse sin importarle lo que nos llena de amor y dolor a partes iguales. Finalmente conseguir ser UNO con el otro en todos los aspectos. Ganar la batalla quiere decir conseguir paz, una paz basada en fuerzas que van tejiendo la vida con los hilos de los amantes. Comprometerse con uno mismo y con el otro hasta que lleguemos al entendimiento y conciencia de estar tejiendo. Que estemos hilando algún día la malla que sostenga la mejor historia de amor. Comparte esto: Click to share on Facebook (Opens in new window) Facebook Click to share on X (Opens in new window) X