Cuando estás en un campo de reactividad, ya estás enojado. Con la ira y la negatividad no se puede activar la energía positiva en los demás. Lo que se necesita es la capacidad de entender la causa del comportamiento negativo de tus compañeros de trabajo. Si te acercas a la situación con comprensión, amor y aprecio, entonces puedes ayudar a la persona negativa a ver valor en tu estado de ánimo positivo.

Tú no tienes que resolver el problema con la persona en ese instante. Espera al momento adecuado. Tal vez en una situación más amigable, puedes plantearles la cuestión y abordar la causa con facilidad y armonía. Aquí no te estás imponiendo, sino que estas creando el campo de energía positiva en el que la persona negativa puede abrirse a la luz.

Trata de transmitir la paz de tu corazón, sabiendo muy bien que tu intención no es hacer daño  sino sanar. Pero cuando tus compañeros de trabajo tienen sus egos heridos, esto puede crear un problema para ti. Esto ocurre. Puedes ser un gerente más cauteloso, pero no te retires a una posición en la que puedes evitar las palabras insultantes por completo, no importa lo bueno que seas. Esto es parte de la vida al igual que las palabras de aprecio y las palmaditas en la espalda.

Deja que tus empleados sepan que lo que estás haciendo no es una medida disciplinaria, sino algo que tienes que hacer sólo para recordarles que pueden hacer las cosas mejor y que tienen el potencial para rendir a un nivel mucho más alto para poder complacer a aquellos que vienen a recibir su servicio.

Un buen gerente aprende el arte de manejar los recursos humanos de tal manera que incluso la tarea más difícil le parece al equipo como un reto maravilloso que deben superar. El objetivo es crear la armonía del grupo con el fin de alcanzar una eficacia óptima. Una forma de crear la armonía es a través de la práctica de sentarse juntos en un grupo antes de una reunión, o incluso un almuerzo, durante unos minutos de silencio. Guía a tus empleados para que relajen el cuerpo desde la cabeza hasta los dedos de los pies, y luego concentrar la mente en la respiración durante unos segundos; saldrán de esta práctica más centrados. En un instante se produce un cambio en las condiciones físicas y mentales de tensión, tanto dentro como fuera del cuerpo. Lo que estoy tratando de compartir con ustedes es muy similar a cómo ayudamos a nuestros niños a concentrarse en sus estudios, mientras que su mente está pensando en salir a jugar. Así también es necesario desarrollar una relación positiva con tu grupo y hacerles sentir que cualquiera que sea la tarea, la dinámica positiva del grupo dará el mejor resultado. Una de las mejores maneras de ser un buen líder es dar siempre el crédito de cualquier buen resultado para el grupo y no reclamarlo para uno mismo. Si el grupo o cualquier miembro del grupo falla, toma la responsabilidad en tu hombro y dale a la persona la oportunidad de superar el error la próxima vez.