Es igual en el lugar de trabajo; no hacerles daño a los demás es lo que debe ser tu motivación. Para obtener los resultados deseados de una persona o grupo se necesita habilidades administrativas con tacto, como las tiene un padre vigilante. Busca el momento adecuado para decir lo que quieres comunicar y dilo sin ningún sentido del ego. Deja que la otra persona sienta quién eres, y déjale el resto a la Divinidad en absoluta rendición.

No puedes permitir que la empresas sufra al alentar menor eficiencia entre el personal. Se necesitan más interacciones. Más estímulo y reconocimiento deben ir de la mano de la dureza, cuando ésta sea el último recurso. El bien colectivo no puede sufrir debido a la negligencia de uno o dos miembros de un equipo.

Como un padre positivo que habla de las cualidades positivas del niño, no estás obligando a los empleados a obedecer, y suponiendo que todo lo que digas se tomará como una orden, estás esperando el momento adecuado y el lugar correcto para abrir tu corazón para compartir lo que crees que estaría en el mejor interés de tu empleado. Di lo que tienes que decir sin la más mínima esperanza de que tus órdenes sean acatadas. Simplemente dilo con la confianza que tu s empleados verán la luz de lo que compartes como si viniera de una fuente sin mando ni expectativas de control.

Este es el camino para convertirte en un gerente feliz, libre de estrés, que no está lastrado por cambios en los patrones de comportamiento del personal. Acepta el modelo como es, ve las posibilidades positivas, y comienza con una actitud muy positiva de separación mientras trabajas desde el plano de tu Espíritu elevado.

Como puedes ver, ser un gerente es muy parecido a ser padre. En ambas situaciones ser un ancla espiritual es fundamental. A través de la luz del espíritu puedes hacer maravillas. Aún en silencio, siempre trata de vivir en el campo positivo, con amor, comprensión y calma; trata de abrir los corazones de los demás. De esta forma, estás viviendo la espiritualidad y no sólo hablando de ella. No se puede transformar la negatividad con negatividad. No se puede luchar contra la oscuridad con oscuridad. La luz es el ingrediente necesario para transformar las actitudes. En el lugar de trabajo, debes ser agradecido por las diferentes manifestaciones de la naturaleza humana, los diferentes matices de la oscuridad y la luz. Podemos manejar máquinas con facilidad, pero no a los seres humanos.