Llegaremos cuando lleguemos Por Alan Cohen Yo vivo en un camino rural que llega a ser tan angosto en algunas partes que sólo un coche puede pasar a la vez. Cuando dos vehículos se encuentran, uno de ellos debe regresarse o hacerse a un lado de la carretera para dar paso al otro vehículo. Si bien el proceso es incómodo, exige la cooperación y el saludo a los vecinos. Es refrescante. El otro día estaba en mi camino a una importante reunión a la cual no quería llegar tarde. En una de las partes angostas encontré a mi vecino Dean acercándose en su camioneta. El momento llegó cuando tuvimos que decidir qué vehículo se rendiría. Aunque normalmente yo no tendría dudas en ser quien se regresaba para dejar pasar al otro, ese día me hubiera gustado no tener que hacerlo. Dean pareció leer mi mente y él fue quien echó su camioneta de reversa para dejarme pasar. Cuando pasé junto a él bajé mi ventana para darle las gracias. “No hay problema”, sonrió. “Todos vamos a llegar a donde tenemos que llegar cuando tenemos que llegar allí.” Esa es una afirmación digna de publicar en una pared. Muchos de nosotros pasamos gran parte de nuestra vida corriendo para llegar a diferentes lugares. En el proceso hacemos las cosas torpemente, nos enredamos en impaciencia e irritación, y en ocasiones hasta causamos accidentes. En nuestra prisa por llegar a alguna parte, dejamos de estar en ese lugar, y nunca parecemos llegar a ninguna parte. La Biblia griega, la primera traducción del arameo original, contiene dos palabras diferentes para el concepto del “tiempo.” Uno es cronos, que es similar a la forma en que pensamos sobre el tiempo: la división de la progresión de la vida en segundos, minutos, horas, días, y así sucesivamente. La otra palabra, kairos, es más difícil de traducir porque en nuestra cultura no tenemos una palabra para ello. La traducción más aproximada sería: “cuando sea el momento adecuado”, o “en la plenitud de la temporada” o “en el tiempo de Dios.” Kairos reconoce que hay un momento adecuado para todo, y cuando llegue ese momento, las cosas suceden naturalmente. Kairos no depende del tiempo. Depende del momento. Comparte esto: Click to share on Facebook (Opens in new window) Facebook Click to share on X (Opens in new window) X