El León de Rumi Por Lee y Steven Hager ¿Cuál es el paso más difícil en el camino espiritual? Sería fácil asumir que el primer paso, la decisión de conocer al Divino, causaría la mayor dificultad. Después de todo, es como entrar en un barco que no estás seguro y en un mar que nunca has navegado para llegar a un destino desconocido. Sólo sabes que otros han zarpado y llegado a su destino y te han asegurado que el viaje valió la pena las dificultades que encontraron en el camino. Aunque el comienzo puede evocar muchos miedos, partir en un viaje por lo general también genera emoción, anticipación y la alegría del descubrimiento. Al igual que con la mayoría de los viajes literales, nos imaginamos llegar al destino como un acontecimiento gozoso, un tiempo para celebrar y disfrutar de nuestros logros. Pero ¿qué pasaría si el último paso te pondría cara a cara con el león más terroríficamente poderoso que te puedas imaginar? Pocos escritores espirituales llegan al corazón del asunto de manera tan capaz como el sufí místico y poeta del siglo 13, Jalaluddin Rumi. Entre las parábolas de Rumi está la historia de un hombre que oyó un rumor sobre un magnífico león. El hombre decidió que iba a ver a ese león sin importar lo difícil que fuera el viaje. Después de pasar un año soportando todas las dificultades que un viajero puede encontrar, el hombre finalmente llegó al territorio del león. Él vio al león a una gran distancia, pero de repente perdió su deseo de ir más cerca. Hipnotizado por la vista, el hombre se quedó congelado en su lugar, sin poder moverse hacia delante o hacia atrás. Con el tiempo el hombre se encontró entre un grupo de personas que no pudieron reunir el coraje para entrar en la presencia del león. Pero hubo una persona presente que sí conocía íntimamente el león. Esta persona le dijo a todo el mundo que lo miraba que podrían entrar en la presencia del león cuando se acercaran en amor y lo acariciaran con ternura. Pero el hombre les advirtió a sus oyentes que cualquier evidencia de miedo sería rechazada de forma rápida y brusca. El león no toleraba el miedo, ya que lo veía como un insulto a su verdadera naturaleza. Comparte esto: Click to share on Facebook (Opens in new window) Facebook Click to share on X (Opens in new window) X