el-despertar-espiritualPor David Escalante

Todos venimos oyendo en los últimos años y de forma continuada que estamos viviendo un despertar espiritual global en el cual todos deberíamos estar involucrados. Oímos conceptos como el “Cambio interior”, o el “Cambio Vibracional” o el “Despertar espiritual” como conceptos supuestamente nuevos y que vienen a convertirnos en un Nuevo Hombre, capaz de trascender su propia realidad. Realidad bastante desastrosa a nivel global y heredera de la sinrazón vivida durante el siglo XX, con sus guerras, hambrunas, desigualdades, industrialización feroz, éxodos, refugiados, guerra fría, amenaza nuclear, etc. Por no hablar de los ecos aún resonantes de las décadas de los 80 y los 90, con su cultura de extremo consumismo y capitalismo imperante como único modelo a seguir o única alternativa social a lo largo del planeta y siempre acaudillados por las mismas oligarquías de siempre.

Pero ya estamos de lleno en el siglo XXI, ya iniciamos el nuevo milenio en el 2000 y ya nos hemos preparado para iniciar el nuevo Ciclo Cósmico que inauguramos en el solsticio de invierno del pasado 2012. Pero ¿ahora qué?, ¿hacia dónde vamos?, ¿qué debemos hacer?, ¿dónde están los cambios que tanto se nos han prometido? Ese es el problema. Siempre esperamos que los cambios y la “salvación” vengan desde fuera, desde nuestro exterior.

EL CAMBIO EMPIEZA EN NOSOTROS

El cambio global, el verdadero cambio hacia la elevación de nuestro espíritu, que es lo que nos toca ahora como humanidad y que así nos lo han dejado dicho y calculado en la mayoría de los escritos sagrados de las culturas más importantes del Hombre, no se hará posible si no empezamos a trabajar nuestro propio cambio interior y llegar, así, a nuestro necesario e íntimo “Despertar espiritual”. No es posible una montaña, sin una piedra al lado de otra formándola, no es posible un desierto o una playa sin un grano de arena al lado de otro formándolos y no es posible un océano, sin una gota al lado de otra formándolo al unísono. Tampoco es posible un bello y necesario bosque sin un árbol al lado de otro en posiciones estratégicas para que pueda existir y crear su propia biodiversidad, e incluso en nosotros mismos no es posible nuestro cuerpo humano como organismo, sin una célula al lado de otra componiendo un orden poderosísimo capaz de hacer que podamos existir, no solo absolutamente autosuficientes, sino con conciencia capaz de evolucionar.