Raquel Cabalga: Exprime al máximo tu potencial Actualmente, para mí, el Coaching se ha convertido más en un estilo de vida que en una metodología o profesión. Aplicar las habilidades y competencias del Coach así como vivir en un estado presente de consciencia ha hecho posible que obtenga libertad para ser dueña de mis decisiones, lo cual me ha proporcionado una absoluta autonomía emocional, personal y profesional así como una liberación de las creencias limitantes, fantasmas del pasado o emociones mal gestionadas hasta el momento. En concreto, el Coaching llegó a mi vida en un momento en el que me encontraba sumida en el proceso de recuperación de un problema de salud que me obligó a dejar mi trabajo de asistencia jurídica en una compañía que realizaba una labor muy importante, así como a tomar reposo absoluto durante varios meses. Aquél incidente fue fruto de la somatización de todas las emociones que no me permitía el lujo de sentir ni gestionar, de todo el tiempo que no me dedicaba, de todo el agotamiento físico y mental que había acumulado detrás de un horario excesivo, un sueldo irrisorio y la ausencia de voluntad: trabajaba para sobrevivir en aquello que se esperaba de mí, sin tomar decisiones, únicamente dejándome llevar por lo que tenía que ser. Aprendí mucho de aquella actividad laboral y también de mi cuerpo y gestión interna durante la convalecencia; aunque nada comparado con la transformación que experimenté al iniciar mi formación en Coaching, algo que no esperaba y que me llevó a vivir y no a sobrevivir. Mi corporalidad cambió, descubrí mi propia esencia debajo de todos los permisos que no me había dado y todas las creencias limitantes que había aprendido o permitido que me posaran sobre los hombros. Empecé a progresar con optimismo frente a la incertidumbre, aprendí a valorarme, a emprender, a relacionarme de otra forma, a hacerme cargo únicamente de aquello que me corresponde, a encontrar soluciones en lugar de buscarlas, a ocuparme en lugar de preocuparme, a expandir mi potencial para alcanzar cada día la mejor versión de mí misma. Sin ese proceso de sanación y crecimiento, aunque hubiera superado el máster y obtenido el título, no hubiera estado preparada ni limpia para poder acompañar a nadie a superar los obstáculos de su propio camino y menos siendo parecidos a los que había encontrado yo en el mío. Comparte esto: Click to share on Facebook (Opens in new window) Facebook Click to share on X (Opens in new window) X