agresion-en-adolescentesPor Aurelia Williams

Los niños son un producto de su entorno y los adolescentes no son una excepción. Si ellos están sujetos a un ambiente hostil donde se está usando malas palabras y los gritos son la forma de comunicación, o si hay problemas de violencia, el adolescente está aprendiendo que estos son los medios adecuados para hacer frente a la agresión.

Esto puede no ser el caso en cada situación. También podría ser que el adolescente está pasando por una fase de rebeldía.

Hay una diferencia entre la ira y la agresión. La ira es estar molesto y la agresión significa actuar de forma violenta. La cosa más importante que hay que hacer es averiguar la raíz del problema y por qué el adolescente tiene tanta agresión. El miedo, la culpa, la traición, la inseguridad, la ira arraigada o un desequilibrio químico son algunas de las razones para el comportamiento agresivo.

En el calor del momento es contraproducente tratar de lidiar con el comportamiento agresivo que el adolescente está mostrando. Una vez que estimes que es imposible resolver esta cuestión entre ustedes dos, solicitar ayuda externa podría ser la solución. Los adolescentes pueden sentirse más cómodos hablando abiertamente y honestamente con un consejero escolar, un terapeuta o cualquier otra persona no sesgada.

La agresión puede ser desencadenada por una variedad de cosas y es importante sentarte con tu hijo y hablar de estos temas que desencadenan la agresión. Al tener esta discusión puedes descubrir cosas que no sabías y debido a que ellos han estado escondiendo estos sentimientos, el resultado a menudo resulta en un comportamiento agresivo.

Los adolescentes pueden tener problemas con la autoridad lo que explicaría por qué se vuelven agresivos cuando se les dice que hagan algo. Aunque este es un gran punto de partida, el adolescente tiene que entender que si alguien les dice qué hacer es porque es parte de la vida y esto no parará cuando sean adultos y que su comportamiento amerita consecuencias.

Una salida física tal como una clase de Tae Kwon Do podría ser muy útil en estas situaciones. Además, le proporcionará al adolescente una salida alternativa para aliviar la agresión en un entorno controlado. Esto también podría enseñarle respeto y disciplina. Por supuesto, sólo tomar una clase de artes marciales no va a resolver todos los problemas de tu hijo, pero es un comienzo en la dirección correcta. Nada está garantizado, pero recuerde que si sigues haciendo lo que has estado haciendo el resultado final será el mismo.