Mi apariencia cambio mucho, baje de 220 libras a 154 y si bien mi peso se estabilizo allí, mi energía siempre se mantuvo alta y aun experimente el despertar de ciertas facultades que podrían ser consideradas paranormales.

Mi plan original había sido el experimentar con este nuevo estilo de vida por 7 años consecutivos, sin embargo, a los dos años de iniciar y frente a la presión social y familiar decidí que había aprendido lo suficiente de la experiencia y que retornaría a la alimentación regular.

Por años y durante la adolescencia fui vegetariano, luego opte por ser Inedian (dejar los alimentos sólidos para alimentarme de luz solar) y a la actualidad podría considerarme socialmente Omnívoro aunque en mi espacio personal prefiero el vegetarianismo. Pero cada que puedo me doy una escapada para alimentarme de luz solar.

“Hercólubus y El Final de los Tiempos” es un libro donde hablas de extraterrestres y cómo están ayudando a la raza humana. ¿Podrías resumir cómo sabes esto, cómo nos están ayudando, y con qué fin?

 

El libro trata acerca de la experiencia de contacto que viví con el Grupo Rahma, una de las más famosas organizaciones de contacto que en varias oportunidades ha invitado a la prensa internacional para ser testigos de este encuentro con otras civilizaciones. Mi intención al escribirlo era, al comunicar el mensaje de esperanza compartido por estos seres de otros mundos, disipar el miedo existente acerca de un posible cuerpo estelar acercándose a la tierra, el mismo que había sido anunciado por una popular escuela esotérica que desde mi punto de vista promovía innecesariamente el miedo. Mi libro fue planeado como un antídoto a ese veneno y creo que desde su publicación ha cumplido muy bien con su misión.

 

He sido testigo no solo de la realidad de las naves extraterrestres sobrevolando los cielos de nuestro mundo sino que he tenido la oportunidad de comunicarme con estos seres a diferentes niveles y llegar a reconocer que tienen una disposición positiva hacia la humanidad de la tierra. Ni permitieron en el pasado, ni permitirán en el presente que vayamos por el sendero de la autodestrucción y en más de una ocasión han intervenido para desactivar nuestros arsenales nucleares o derribar asteroides acercándose al planeta en ruta de colisión. Ciertamente estamos siendo protegidos, pues sea que lo sepamos o no, formamos parte de una comunidad cósmica y tenemos hermanos mayores preocupados y velando por nuestro desarrollo.