El yoPhone

Y así fue una experiencia iluminadora tener la posibilidad de tener una profunda y significativa charla con uno mismo. Los usuarios del YoPhone, podían ahora ponerse al tanto con todas las cosas en sus vidas que nunca habían tenido la oportunidad de considerar, para encontrar las noticias vitales que cayeron al lado del camino mientras se apresuraban por la vida.

Las personas encontraron que hablar contigo mismo era muy parecido a hablar con un viejo confidente, con quien los asuntos más íntimos se podían discutir, no era infrecuente que cayeran lágrimas mientras las verdades que uno se había estado ocultando de uno mismo por muchos años eran reveladas en términos crudos. Las conversaciones tomaban un aspecto de confesión cuando los secretos más oscuros que solamente uno conocía se divulgaban abiertamente en las líneas telefónicas. A menudo, la sorpresa llegaba cuando las personas descubrían lo que realmente sentían en su interior. Otras veces, la voz en el otro lado de la vida te recordaba tus sueños negados hace mucho, deseos y necesidades que habías suprimido por demasiado tiempo.

Muchos encontraron que no eran realmente felices en sus lugares de trabajo. Algunos realizaron que habían dejado de estar enamorados hace mucho tiempo. Otros vieron por la primera vez que se habían engañado a sí mismos y a los demás creyendo que habían alcanzado  la satisfacción, sin  recordar como realmente se sentían en su interior. Bastantes reconocieron que se habían hecho tan cómodos siendo miserables y desencantados que se encogieron cuando el  conformismo  se acercó.

El mundo se convirtió en un lugar mejor y más feliz por el YoPhone, mientras las personas finalmente empezaron a ser honestos consigo mismos, pues sabían que ya no podían salirse con la suya mintiéndose. La manera en la que la vida había sido antes del YoPhone era solo una memoria distante y disuelta, y ninguna persona pudo imaginar alguna vez haber estado sin uno.

Boris Glikman es un escritor, poeta y filósofo de Melbourne, Australia. Dice: “Escribir es para mí una actividad espiritual del grado más alto. Escribir es el conducto a un mundo que es inalcanzable de alguna otra manera, un mundo poblado por verdades eternas, preguntas inefables y belleza infinita. También es mi esperanza que estas historias mías permitan al lector vislumbrar este universo.