todo-lo-que-soyPor Lic. Alexandra Mas, LMFT, CHt

Cuentan que un profesor universitario preguntó a sus alumnos el primer día de clases: “Ahora que están aquí, ¿cuantos se tomaron el tiempo de dar gracias a sus padres por todo lo que hicieron para que uds. llegaran a la universidad? Pocas manos se levantaron de entre el vasto auditorio. El profesor continuo: “Los que aun no lo han hecho, salgan en este momento y no regresen hasta que lo hayan hecho. Esta es su primera lección: nadie puede lograr el éxito verdadero si no es agradecido.”

Agradecimiento es el acto de reconocer un favor recibido. Nos encanta que sean agradecidos con nosotros mas sin embargo, ¡cuan mal agradecidos podemos llegar ser!

Hay quien vive haciendo un recuento de los errores de sus padres, de lo poco que le dieron o lo ignorantes que fueron. De esta manera excusan su pereza actual con las acciones pasadas de sus padres. “No pude estudiar porque mi padre me sacó, decía que las niñas solo van a la escuela para enamorarse”. “Mi madre era muy dominante y no me dejó hacer nunca nada, no me podía parar ni a la puerta de la calle”. “Mis padres eran muy pobres y no he conocido mas que trabajo y necesidad toda mi vida”… son frases que escucho en la clínica diariamente, como si hubiera una relación causal entre lo que fue y lo que es… Como si todavía no tuviéramos ningún poder personal ¡como si nunca hubiéramos crecido!

¿Por qué no empezar hoy a ser apreciativos de lo que sí nos dieron, de lo bueno que hicieron y de lo que nos legaron? A lo mejor no estuvo cubierto el aspecto material, pero hubo una enseñanza. Si había mucha irracionalidad, rescata al menos un mensaje que te haya servido. Si faltó la atención debida o la via de comunicación, agradece que no crecieras en la calle, puesto que, mal o bien atendido, no fuiste abandonado. Y si fuiste de alguna manera abandonado, agradece la vida que te dieron pues has llegado a donde estas y a ser quien eres…

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