como-lidiar-con-un-narcisistaPor Judith Orloff, MD

Como psiquiatra, creo firmemente que es importante saber acerca de la personalidad narcisista para que puedas tener expectativas realistas cuando se trata de compañeros de trabajo, amigos o familiares que puedan tener algunas de estas cualidades.

En el libro “Libertad Emocional” describo cómo reconocer a un narcisista. Aquí hay algunas maneras.

“Yo primero”.  Su lema es que todo es acerca de ellos. Tienen un sentido grandioso de su propia importancia y derechos, anhelan la admiración y la atención. Son una leyenda en su propia mente; el mundo se ve reflejado en su imagen. Te van a arrinconar en una fiesta para contar su vida. Algunos narcisistas son egoístas patentes y desagradables. Otros pueden ser encantadores, inteligentes, cariñosos hasta que su estado de gurú se ve amenazado. Cuando dejas de acariciar su ego o estás en desacuerdo con ellos, se vuelven contra ti y te castigan. Una vez que te das cuenta de este patrón, un narcisista te parecerá tan encantador como una cáscara de plátano.

Estas personas son peligrosas porque carecen de empatía y tienen una capacidad limitada para el amor incondicional. Lamentablemente, sus corazones no se han desarrollado o se han cerrado debido a un trauma psíquico temprano – como ser criado por padres narcisistas – una desventaja atroz tanto emocional como espiritualmente. (El daño de los padres narcisistas es detallado magníficamente en el libro de  Alice Miller “Drama of the Gifted Child”). Por difícil que sea de entender, estas personas tienen poco conocimiento sobre sus acciones, ni tampoco se arrepienten. Aunque a menudo son muy intuitivos, utilizan esa intuición para su interés propio y para  la manipulación. Como advierte el proverbio jasídico: “No hay lugar para Dios en el que está lleno de sí mismo.”

Para saber si tú estás tratando con un narcisista, hazte las siguientes preguntas de “Libertad Emocional”.

Cuestionario: ¿Estoy en una relación con un narcisista?

• ¿La persona actúa como si la vida gira en torno a ellos?

• ¿Tengo que felicitarlos para recibir su atención o aprobación?

• ¿Constantemente redirigen la conversación hacia sí mismos?