Tu Individualidad Divina y el yoga De manera no dogmática, el yoga ofrece diferentes técnicas que pueden ser portales para entablar relación con tu Ser Autentico. El énfasis en la respiración y el enfoque a permanecer sintiendo y observando tu cuerpo, ofrece la experiencia de traerte al momento presente invitándote al contacto con tu Ser; la atención al alineamiento de las posturas, llamadas Asanas, le da a la mente algo en que enfocarse que le ayuda a descansar de las preocupaciones del día a día; en los espacios de meditación, también podemos empezar a experimentar momentos a donde la mente y las creencias que hemos formado, no están; y La relajación después de la práctica nos deja listos para continuar con nuestras actividades desde otro lugar interno. Generalmente todo esto nos lleva a que después de una clase de yoga nos sintamos de alguna forma más tranquilos y con más paz. Muchas veces las personas no se atreven a vivir la experiencia del yoga porque han visto en los medios imágenes de gente muy joven, con cuerpos esculturales en posturas que se asemejan más a un pretzel que a un cuerpo humano. La realidad del yoga no es únicamente así. Todos podemos practicar yoga. No importa nuestra edad o nuestra condición física. Un buen maestro o maestra de yoga ofrece modificaciones en las posturas físicas para cuidar tu cuerpo y al mismo tiempo irlo fortaleciendo. Si sientes curiosidad por experimentar con el yoga, busca en tu comunidad una clase introductoria de un nivel de principiante. No importa si tienes una excelente condición física, es recomendable comenzar con una clase que explique detalladamente la alineación física de las posturas y modificaciones. Así puedes ir desarrollando tu práctica de una forma segura y ajustándola a las necesidades de tu propio cuerpo. Las clases de nivel no avanzado, también nos proveen la oportunidad de enfocar nuestra mente en el cuerpo y solo seguir las instrucciones de alineación sin preocuparnos por llegar a la postura perfecta. Como bien se dice, no es cuestión de llegar al destino sino encontrar el gozo en el camino. La recomendación es que no te limites a probar una sola clase, sino que si te es posible, hagas un compromiso de experimentarlo de 7 a 10 veces. Esto te permite ir mas allá de la ansiedad normal de probar algo nuevo. También te dará oportunidad de trascender esos malestares iniciales que el cuerpo siente cuando hace movimientos a los que no esta acostumbrado. Pero recuerda, no debe de doler ni lastimar. La practica del yoga, aunque se haga en grupo, es completamente personal. No tienes que impresionar a nadie, ni siquiera a ti misma! El hacer una postura difícil no te hace ni mejor ni peor persona. Nadie conoce tu cuerpo como tu. Si algo te duele o encuentras que una postura te lastima, inmediatamente hácelo saber a tu instructor. Eres completamente libre de hacer una modificación o de no hacer alguna de las posturas. Probablemente también verás en la clase a personas que deciden descansar en cualquier momento. Toma tu clase de yoga como si fuera un mini-laboratorio de tu propio cuerpo. Al estar pendiente de ti mismo, vas identificando que necesitas. Si lo que necesitas es descanso en un momento dado, es perfectamente aceptado detenerte y practicar una postura de restauración. Si por el contrario, en ese momento necesitas un poco mas de reto, puedes escoger añadir una variable mas a lo que el resto de la clase elige. Eso lo iras desarrollando con el tiempo. Al principio, solo enfócate a dar tu mejor esfuerzo, seguir la alineación que no lastime a tu cuerpo y observarte a ti misma. Lo demás se ira dando conforme vayas aprendiendo cuales de las diferentes modificaciones te van mejor. Comparte esto: Click to share on Facebook (Opens in new window) Facebook Click to share on X (Opens in new window) X