Yo valgo y merezco la felicidad Por Sheila Morataya Amarse. Amor por uno mismo. Aceptarse. Ser único e irrepetible. Respetarse. Sentirse capaz. Vivir expandido por dentro. Lograrlo todo. ¿Qué tienen todas estas palabras en común? Cada una es necesaria para la otra para explicar lo que es la autoestima: el sentimiento de sentirse valioso y merecedor de la felicidad. No nacemos con autoestima. Es decir, nadie nace sintiendo amor por sí mismo, puesto que es una experiencia que viene a ser transmitida en el instante en que por primera vez nuestros padres nos cargan en sus brazos(aunque si nos vamos al fondo, la autoestima se transmite desde el mismo momento en que los padres se dan cuenta que serán padres). Ellos o los primeros cuidadores son los encargados de transmitir a cada niño lo único e irrepetible que se es como persona. La autoestima es un poder fundamental para lograr la vida. Es el motor de la vida, aunque no la define. Lo he visto aquí en mi práctica de coaching, hay mucha gente que no logra ser feliz por su falta de autoestima. Hombres y mujeres viven su vida de una manera mediocre por el hecho de no saber el valor y la grandeza que reside dentro de ellos mismos. De la autoestima se ha hablado mucho. Cientos de libros sobre ello existen en el mercado. La gente los compra porque quiere fortalecer un escalón interior para llegar más alto en la vida y cuando se convierten en padres no quieren que sus hijos sufran por esto. Te hablo claro, nadie puede dar autoestima, es decir, nadie puede transmitir a nadie amor si antes no lo siente por el sí mismo. Esto es crítico y fundamental. En una entrevista hecha por una cadena de televisión norteamericana a la que fuera esposa del Príncipe Andrés de Inglaterra, Sarah Ferguson, sucedió algo que a mí me pareció conmovedor. El Psicólogo conocido como Dr.Phil, le explicaba que lo que le pasaba, era una cuestión de autoestima. Ella lo miraba como no entendiendo a lo que se refería el Dr.Phil. Era tan sincera su percepción sobre lo que era la autoestima que lo interrumpió en medio de la conversación y le pregunto: -Dime, dime como se aprende la autoestima…. Comparte esto: Click to share on Facebook (Opens in new window) Facebook Click to share on X (Opens in new window) X