Cuando entendemos estas realidades y las aceptamos como verdaderas, podemos adoptarlas, incorporarlas a nuestra mente y volverlas parte de nuestra vida; es así como el miedo a la muerte desaparece.

Somos humanos, por supuesto que habrá tristeza y dolor por dejar a nuestros seres queridos, o por verlos partir antes que nosotros. Sin embargo, cuando sabemos con plena certeza que la vida no se acaba, sino transforma, aprenderemos a vivir y gozar el presente con mayor pasión, alegría y entrega, pues estaremos convencidos de que nuestro paso por la “vida” en la tierra, es temporal.

Perder el miedo a la muerte, significa perder también el miedo a una vida de éxito o fracaso, al amor o al desamor, porque asimilas que nada de eso es real, sino una simple creación en nuestras mentes influenciada por la experiencia de cada uno, exactamente como niños en la escuela con una mente tan inocente que aprenden todo a su alrededor. Perder el miedo significa entender y respetar la verdad de los demás, y aceptar que lo que cada uno ve, siente y experimenta en cada momento de su vida, es simplemente la transformación que en algún momento tu tambien viviste.

La tolerancia y el respeto al pensamiento… ¡Ah! como cobra otro matiz la vida cuando la vemos desde esta nueva perspectiva.

Acepta tus miedos, abrázalos y déjalos ir, libera tu SER para que encuentre la realización, comparte y fluye por la vida con AMOR Y LIBERAD, tal como lo hace el Universo a diario.

Saludos, y te deseo toda la claridad para abordar el magnífico flujo de la vida…

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