Como establecer límites personales saludables Por Karina Milgram Desde el principio de nuestra vida tenemos una gran necesidad de conexión y de relacionarnos con los demás. Comenzando en el vientre y durante nuestra infancia necesitamos a nuestros padres para sobrevivir y sentirnos a salvo, y luego, a medida que vamos creciendo, a pesar de que vamos convirtiéndonos en seres individuales, persiste en nosotros la necesidad de pertenecer. Como adultos anhelamos poder mantener relaciones que nos permitan expresar nuestros pensamientos y sentimientos sin ser juzgados, amar y ser amados, sentirnos apoyados, acompañados, manifestar nuestras necesidades para que sean escuchadas y satisfechas, ser respetados en nuestras creencias espirituales, no sentirnos abusados, aislados, controlados, manipulados o pisados. En otras palabras buscamos una conexión o un lazo que nos una a las personas que apreciamos a la vez que se fomenta un espacio de libertad en el que ambos podamos respirar, manifestar nuestra identidad y en el que el dar y recibir se mantenga en equilibrio. Pero en la realidad muchas veces nos sentimos inconformes con la manera en la que nos vinculamos con los demás y nos encontramos decidiendo: “Prefiero estar solo, nadie me escucha, nadie me quiere o me valora, todos abusan de mí, no me hacen caso, siempre hago lo que los demás quieren, no necesito a nadie, no sé decir que no, que mal me tratan”, entre otras. Esta situación, no es más que un reflejo de como definimos y manejamos nuestro espacio o nuestros Límites Personales. Entiéndase por Límites Personales como una línea imaginaria que colocamos a nuestro alrededor que define el espacio que nos distingue del mundo exterior a la vez que mantenemos una conexión con los demás sin fusionarnos. El proceso de desarrollo de Límites Personales comienza desde que nacemos. Es un aprendizaje que se adquiere a través de la enseñanza, el modelaje y la manera como los adultos que participaron en nuestra crianza se relacionaron con nosotros. Las experiencias infantiles nos llevaron a establecer los patrones que definen la forma como manejamos nuestro espacio personal hoy. Existen personas que por haber tenido padres muy controladores se sintieron invadidas cuando niños, generando en ellos la necesidad de proteger su espacio personal y llevándolos a colocar a su alrededor una pared rígida imaginaria que los aísla y les permite eludir la intimidad. Otros, por tener padres emocionalmente distantes se sintieron abandonados por lo que sus límites son inexistentes para poder fusionarse con los demás. A estas personas les cuesta tomar decisiones por su cuenta o saber que quieren, decir que NO a lo que se les pide, definir quienes son o reconocer sus sentimientos; ó el otro extremo, en el que se meten o manejan la vida de los demás sin permiso o escrúpulos. Límites Personales sanos son límites flexibles que facilitan el relacionarnos con los demás sin que ninguno de los dos pierda su identidad. El espacio se expandirá cuando nos sentimos a salvo y se contraerá cuando percibamos que pueden perjudicarnos. La distorsión se presenta cuando mantenemos en todo momento unos límites rígidos o cuando permanentemente son inexistentes. Los beneficios de lograr mantener Límites Flexibles son: Comparte esto: Click to share on Facebook (Opens in new window) Facebook Click to share on X (Opens in new window) X