Por Natalia Virginia Cham Cisnerostolerancia-discapacidad

Probablemente en tu familia, entre tus conocidos o vecinos te ha tocado conocer a alguien con DISCAPACIDAD; es decir, alguna persona que anda en silla de ruedas o tiene problemas para caminar, alguien que no escucha, no habla o no ve, alguien a quien le hace falta alguna parte de su cuerpo, alguien con retraso mental o síndrome de Down, etc.

La discapacidad es aquella condición bajo la cual ciertas personas presentan deficiencias físicas, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, pueden impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, y en igualdad de condiciones con las demás. Dichas personas, como todos los seres humanos, merecen ser respetados.

La cruel realidad es que por no ser “gente normal” (como mucha gente decimos) es que son discriminados, etiquetados, presa de burlas y ofensas, atentando contra la integridad de cada individuo.

Con desagrado, he escuchado la forma en la que se expresan muchas personas ignorantes de la institución educativa en la que trabajo, comentando que la escuela especial es para “LOCOS”, lo cual es incorrecto.

Les invito a practicar la tolerancia, respeto y la caridad con las personas discapacitadas con las que coincidan en esta vida, se sorprenderían de lo mucho que podemos aprender unos de otros.

Publicado originalmente en la revista “Somos Huejúcar”: http://www.facebook.com/SomosHuejucar

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