¿Quién escucha llorar a una señora gorda? Por Gail Trauco Cuando mides 5 pies y 5 pulgadas de alto y pesas 400 libras, nadie ve nada de ti salvo una bola de grasa con pies. Una cara bonita, ropa bonita, el éxito empresarial, y tres hijos adorables son la armadura exterior de una mujer solitaria, infeliz y miserable. Te encargas de todo para todos, excepto de ti misma. Una niñera de tiempo completo se encarga de las necesidades básicas de los niños, un jardinero manicura el exterior de la casa, y una ama de casa limpia la casa semanalmente. Siempre sonríes, te ríes y haces bromas sobre cualquier cosa para “encajar” con los demás. Es físicamente imposible caber en un asiento de avión. En los restaurantes, tu familia siempre pide una mesa para que su mamá pueda sentarse en una silla. Los asistentes de vuelo gritan por el pasillo después de haber hecho sus anuncios de embarque “¿quién era el que necesitaba la extensión del cinturón de seguridad?” Cada vez sonríes y reconoces que sí, es para mí: el asiento en la mesa y la extensión del cinturón de seguridad. Sufres miradas constantes y los comentarios crueles de los extraños acerca de tu peso y de la forma en que te queda la ropa y de la manera en que caminas. Sufres gruñidos y gemidos de la gente a quién no le gusta tu “tamaño” al caminar por los pasillos de la tienda o de los aviones. ¿Quién oye el llanto de una mujer gorda? Todo lo que ven es a una señora gorda a quien no conocen personalmente o profesionalmente. Una mujer gorda sin nombre cuyo estado demográfico es “mujer gorda”. Nadie ve ni oye las lágrimas internas de la señora gorda mientras ella mira a su alrededor y sabe lo que cada individuo está pensando. Es muy fácil de leer los rostros de la gente e interpretar sus niveles de repugnancia. En un medidor de vómito que va desde 0 hasta 500 – ¡una señora gorda encabeza la tabla al 500! Esta mujer gorda se convierte en la “mujer invisible”. Yo fingía no haber oído los comentarios: “Mira aquella mujer gorda. Fui a la escuela con ella.” Todos los días me arrastraba silenciosamente frente a las miradas del público. Finalmente, ¡mi alarma de salud sonó y despertó esta mujer gorda! Yo estaba trabajando en una prueba clínica en Louisville, KY y una compañera enfermera me habló de la “banda gástrica”. “Gail, necesitas una banda gástrica”, declaró ella. Programé una cita con el Jefe de Cirugía Bariátrica en Norton Hospital, el Dr. Jeff Allen. Mi cirugía fue programada a principios de noviembre de 2001. Todas las evaluaciones rutinarias físicas y psicológicas fueron completadas. Un viernes por la mañana llegue al quirófano y fui recibida por la sonrisa amable del Dr. Allen. Alrededor de una hora más tarde me desperté en la sala de recuperación, me trasladaron de piso, y fui dada de alta el sábado por la mañana. Once años han pasado desde que mi alarma sonó. La pérdida de peso durante el primer año fue de 100 libras y siguió hasta que llegué a mi meta de la talla 8. La banda gástrica es un “recordatorio intelectual” de controlar diariamente la ingestión de alimentos. Como viajera semanal de negocios, a menudo es difícil asegurar que todos los requerimientos nutricionales diarios se cumplan. Tomo un suplemento multi-vitaminico llamado “Risotriene.” El ejercicio es importante y no hay nada que me guste más que montar a caballo. Me pongo muy emocional cuando veo los medidores de vomito registrar niveles altos de disgusto cuando la gente ve pasar a la “gente gorda”. El disgusto es más severo hacia las mujeres que los hombres. Nuestra sociedad es muy dura con la imagen corporal de la mujer. No es de extrañar que la anorexia y la bulimia sean muy extensas entre todos los grupos de edad, especialmente entre las mujeres jóvenes. Ningún cirujano plástico puede reparar las “cicatrices del corazón” que yo he llevado por años y años de calificaciones (“ataques”) de las calificaciones del medidor de vómitos. La palabra “gordura” está siendo verbalmente disfrazada en la sociedad como “obesidad” y “el sobrepeso”. El hecho es que “gordura” es justamente eso – “gordura.” No importa cómo lo intentes camuflar – la gordura es la gordura. Comparte esto: Click to share on Facebook (Opens in new window) Facebook Click to share on X (Opens in new window) X