El Universo como una sinfonía de cuerdas Sharry Edwards ha dedicado su vida a demostrar que la huella de la voz humana es una ventana al bienestar físico y emocional subyacente de su dueño. Edwards ha aprendido a leer y corregir los desequilibrios de la voz humana – todos con energía vibratoria – y ha podido lograr el restablecimiento de la salud en el proceso. En la BioAcústica de Edwards, las frecuencias se pueden utilizar en lugar de sustancias físicas, tales como vitaminas, músculos, etc. Estas frecuencias son equivalentes a paquetes de energía no invasivos que pueden restablecer el equilibrio perdido al alma inarmónica. El círculo se completa cuando las frecuencias restauradas una vez más están presentes en un nuevo registro de voz. La autora ha estudiado las modalidades vibratorias de los remedios florales de Bach y los potenciales para la piel facial y el rejuvenecimiento muscular. Estos aspectos, aparentemente muy diferentes de la naturaleza, están vinculados y puestos a disposición o sintonizados y revitalizados por el uso de las energías de sonido apropiadas. Cousto aprendió a interpretar los movimientos de los planetas y estrellas en Tonos Estelares, fuerzas poderosas para el uso y la comprensión de las energías astrológicas. Tocó la música de las estrellas – ¡literalmente! Los tonos Fibonacci reflejan los patrones encontrados en la naturaleza y el reino cósmico. Este conjunto de frecuencias se revela en cada aspecto de la creación, incluyendo el cuerpo humano. Los antiguos creían que el ajuste a este modelo no sólo armonizaba sus almas y cuerpos, sino que también los conectaba a la divinidad. Los tonos Solfeggio están misteriosamente codificados en la Biblia. En los tiempos modernos y en la historia, se ha sabido que cada tono tiene su propio beneficio curativo, tal como el de la frecuencia utilizada para reparar el ADN por los científicos modernos. Diferentes escalas relacionadas con tonos de las notas musicales también se han dicho que producen una variedad de efectos curativos. Escalas como la Pitagórica y las afinaciones “justas” se crean con métodos diferentes a los utilizados en nuestra escala musical actual. Diferentes patrones vibratorios están asociados con diferentes efectos en el cuerpo. A través de los siglos, la idea de una cuerda vibrante se ha utilizado una y otra vez para ayudar a los pensadores a entender mejor el universo que nos rodea – y para profundizar en los misterios invisibles – ya sea en las cuerdas super-submicroscópicas, o el funcionamiento del cuerpo humano y de los chakras. Einstein estaba en lo cierto, la materia es energía, todo es vibración, todo es Uno, se puede demostrar que todo es lo mismo – y vamos a evolucionar de la materia – y un día, todo estará unido en lo divino. Jill Mattson es una artista consumada, músico, profesora y autora. Ella es una cantante, con numerosos CD’s de sonido a través de técnicas antiguas y modernas de sanación. Conéctate con Jill en www.jillswingsoflight.com.