Porque no damos, sino tomamos.

Porque no nos silenciamos, sino aturdimos. Porque no ofrecemos, sino exigimos.

Porque no cambiamos.

Porque somos posesivos.

Porque no soltamos.

Porque no nos atrevemos a cerrar.

Porque no perdonamos.

Porque no agradecemos.

Porque guardamos rencores.

Porque nos arrepentimos.

Porque culpamos. Porque envidiamos. Porque nos preocupamos.

Porque dejamos que nos digan lo que hacer y no dominamos nuestros poderes.

Porque nos llenamos de veneno.

Porque tomamos del mundo lo que no le damos al mundo. Porque acumulamos.

Porque no transformamos. Porque no nos calmamos. Porque moralizamos estúpidamente, separando al mundo de acuerdo a nuestras preferencias egoístas.

Porque juzgamos. Porque criticamos. Porque buscamos fuera lo que llevamos dentro. Porque no vemos al otro, sino que vemos lo que queremos del otro. Porque no sentimos.

Porque no reconocemos nuestros deseos. Porque no nos recordamos. Porque nos ignoramos. Porque no nos conocemos.

 

¿Por qué el anarquismo?

 

Porque nadie llega a destino siguiendo el camino del otro. Los gobiernos y las instituciones que creamos es la autoridad externa que nos imponemos a nosotros mismos porque no nos adueñamos de nuestra capacidad de gobernarnos. Le adjudicamos poder a quien no sabe gobernarse a si mismo para que nos gobierne

. Le damos poder a voluntades superiores para que dirija a las voluntades inferiores, perdiendo lo único que nos hace humanos: nuestra voluntad.

Nos robotizamos repitiendo actividades inútiles, incapaces de decidir y elegir por nosotros mismos.

Nos alimentamos por veneno a través de todos nuestros sentidos. Consumimos productos que su única función es vender, que fueron diseñados por otros como nosotros que están ahí buscando vender para poder financiar otros productos que quieren consumir, que responden a empresas que solo buscan vender para darle más de consumir a los dueños, presos en un círculo vicioso de consumo y producción dañina.

1 2 3 4

About The Author