1. ¿Están realmente tratando de hacerme daño o ayudarme?

2. ¿Es una crítica constructiva de la que puedo aprender?

3. ¿Estoy a la defensiva sin necesidad?

4. ¿Estoy criticando su derecho a opinar?

5. ¿Qué cosa positiva puedo sacar de este encuentro?

Podríamos sorprendernos de la frecuencia con que asumimos que la gente “está lista para atacarnos” cuando en realidad están expresando su propia opinión sobre una situación o están tratando de ayudarnos en su manera para resolver lo que consideran nuestro problema. Lo más probable es que nosotros les hacemos  lo mismo a los demás y ¡tampoco nos damos cuenta! A menudo creamos el drama en nuestras vidas y manifestamos la preocupación. Ocultarnos lejos del mundo todo el tiempo no es la respuesta. Aunque tiempos de reflexión, meditación e introspección son maravillosos y son herramientas necesarias para la alimentación de nuestro crecimiento espiritual, vivir en el mundo es donde realmente experimentamos nuestra paz interior. Nadia nos la puede quitar a menos que se lo permitamos. Sus acciones pueden afectar cómo pensamos en nosotros mismos, pero puede ser por sólo un momento fugaz. Revierte la situación y traza un nuevo sentido de esperanza, fuerza y ​​coraje de ella y siente cómo se expande tu paz interior.

Cuando estamos en una situación en la que reconocemos la negatividad, podemos animarnos diciendo: “Tengo el poder de absorber esta negatividad o liberarla y regresarla. Elijo mantener mi paz interior así que envío luz, amor y sanación, ya que la Divinidad en mí ve lo Divino en ti.”

Dentro de cada uno de nosotros se encuentra la semilla del amor incondicional y la compasión por los demás y por nosotros mismos. A través de un “examen de conciencia” descubrimos su belleza: con gentileza y con el corazón y la mente abierta, la permitimos florecer hasta que seamos amor. Este es nuestro viaje y sólo servirá para fortalecernos. Nuestros caminos están destinados a cruzar con estas personas y situaciones para nuestro crecimiento y para el suyo. Quién sabe, tal vez estamos destinados a enseñarles el amor, tolerancia o perdón.  Nuestro comportamiento tampoco es perfecto y tenemos que aprender a no criticar y mejor estar abiertos a otras opiniones, al perdón y a la compasión.