Tu pasado ha pasado

Trata de no quedar atrapado en tus viejas experiencias. Es un nuevo día y hoy no eres quien eras antes. Tus ojos están en el frente de tu cara, no atrás de tu cabeza, así que es una gran idea mirar hacia adelante para tu evolución. ¿Qué puedes lograr ahora? ¿Qué es lo siguiente que puedes lograr? ¿Cómo puedes empezar justo donde te encuentras y transformarte en un mejor tú? Si eres padre de familia, ¿cómo puedes mejorar?

“Sé que tú lo eres pero ¿qué soy yo?

Una vez oí a dos muchachos adolescentes burlándose unos de otros con insultos. Cada uno de ellos respondió a la provocación con “sé que usted tú lo eres pero ¿qué soy yo?”.  Ninguno pareció internalizar las burlas. Me encanta esta actitud de “dejar que ruede por tu espalda”.  Creo que es más importante solamente prestar atención en cómo te ves tú y no en cómo te ven los demás. Los indios americanos tienen aguda comprensión de este concepto: no debes formar una opinión acerca de cualquier otra persona hasta que hayas caminado una milla en sus mocasines. Nadie entiende tu situación mejor que tú.

Nada que esconder

Al convertirte en quien quieres ser, es importante que no te escondas. Si estás haciendo lo que crees que es más honorable, que le da más apoyo a tu propio crecimiento, y es lo que quieres hacer, entonces no hay nada que ocultar. Está bien ser quien eres, tomar tus decisiones, vivir tu vida como mejor te parezca. La verdadera libertad es hacer eso sin temor a la opinión de otra persona. Llega a una aceptación de tus puntos buenos y malos y siéntete cómodo en tu piel.

Ríete de ti mismo

Sólo en los momentos más penosos es que se llega a abrazar la plenitud de uno mismo. Nadie es perfecto. Si ellos fueran perfectos, no estarían aquí en esta tierra. Todos cometemos errores. Aprende a reírte de ellos. Encuentra una forma de ver tus errores con humor y luego úsalos como historias divertidas para entretener a los demás. Deja que los demás se rían de ellos. El perfeccionismo rara vez llora de tanto reír.