El sol sustituto Pasaron siglos y no quedó nadie en la tierra que hubiera experimentado la gloria del sol original. El crudo corte circular de cartón coloreado con sus rayos de cartón y su carita feliz ahora era el único sol que el mundo hubiese conocido. Los amantes se embelesaban bajo la cálida belleza de su resplandor; los compositores escribían sinfonías dedicadas a la perfección de sus proporciones; los poetas ensalzaban la rica fuerza de su color en sus sonetos y los creyentes religiosos agradecían a su creador por haber regalado a la tierra tal milagro natural. Boris Glikman es un escritor, poeta y filósofo de Melbourne, Australia. Dice: “Escribir es para mí una actividad espiritual del grado más alto. Escribir es el conducto a un mundo que es inalcanzable de alguna otra manera, un mundo poblado por verdades eternas, preguntas inefables y belleza infinita. También es mi esperanza que estas historias mías permitan al lector vislumbrar este universo.” Boris recibe retroalimentación y puede ser contactado vía e-mail en bozlich@yahoo.com.au Puedes encontrar más de sus escritos en su blog http://bozlich.gather.com/ Facebook: http://www.facebook.com/bozlich/ Twitter: @bozlich Traducido por Boris Lozano, http://cuentoaldia.blogspot.com Comparte esto: Click to share on Facebook (Opens in new window) Facebook Click to share on X (Opens in new window) X Boris says: June 20, 2013 at 9:31 pm Gracias por compartir mi historia!