el-sol-sustitutoPor Boris Glikman

El mundo despertó una brillante mañana para encontrar que el sol se había ido, reemplazado por un corte circular de cartón. El corte estaba  crudamente coloreado  con lápiz amarillo, con algo del color saliéndose de la circunferencia del disco y manchando el azul del cielo. Cortos rayos de cartón salían del borde y había una carita feliz bocetada dentro del círculo. Se veía justo como un dibujo infantil del Sol.

Después de que la raza humana se había recuperado del shock de perder su estrella querida, se hicieron planes para encontrarlo y ubicarlo de nuevo en su lugar debido. Grandes recompensas se ofrecieron a cualquiera que pudiera proveer información de su paradero. Las fuerzas policiales llevaron a sus mejores hombres a intentar e identificar quién habría sido capaz de tal acto. Se puso presión en las organizaciones criminales para revelar si esto era tarea suya y, si era el caso, cuánto querían por la liberación segura del sol. Fueron llamados clarividentes para usar sus actividades para intuir dónde estaría el sol recluso contra su voluntad.

A pesar de estos esfuerzos exhaustivos, el sol seguía sin ser encontrado, aunque las personas aún se aferraban a la esperanza de que sería encontrado con vida.

Con el pasar del tiempo, el dolor de perder el sol se hizo menos agudo. El mundo lentamente se acostumbró al sustituto e incluso empezó a apreciar sus beneficios. Las personas entendieron cuán suertudo era que este impostor diera la misma cantidad de calor e iluminación que la estrella original. La comunidad de físicos se complació de que el reemplazo del sol ejerciera una fuerza gravitatoria idéntica, tal que la órbita de la tierra no cambió; los trabajadores se alegraron de que este suplente no aumentara sus horas de trabajo, y los granjeros se sentían agradecidos  de que el disco de cartón pudiera proveer una cantidad de luz equivalente para nutrir sus campos.

Eventualmente, se vio  como apropiado tener un sol farsante, dado que tantas cosas en la sociedad ya eran hipócritas: bronceados falsos; sonrisas falsas; comidas innaturales y fabricadas; narices artificiales en caras artificiales; vivir vidas simuladas en el computador. Muchos creían que el sustituto llegó al cielo como una muestra de aprobación divina de las maneras postizas del mundo. Como consecuencia, se concluyó que la falta de autenticidad va con la naturaleza verdadera del hombre.

Boris says:

Gracias por compartir mi historia!