Los ciclos de contracción y expansión existen en cada ser de la Tierra. Existen en las fases de la luna, durante las diferentes estaciones, en una empresa, en la familia, en cualquier unidad u organismo que posea una fase de concepción (un bebe, una idea, un nuevo miembro, un nuevo proyecto, etc.), un desarrollo y una manifestación plena (un nacimiento o un producto final). También se manifiestan en las diversas tareas que realizamos durante el transcurso del día y en la forma que interactuamos con el medio ambiente. Lo sentimos en los ritmos de respiración cuando inhalamos, mientras nos expandimos y cuando exhalamos, mientras nos contraemos y también en todos sus matices entre estas dos fases (la pausa es otra fase que conecta la contracción y la expansión en la respiración). La fase de la contracción no siempre es negativa. Sin embargo, lo es en este caso ya que crea bloqueos en el cuerpo y mente debido a la retención de tensión.

Por lo general, el ciclo de contracción se manifiesta en una situación de sumo estrés. Podría ser, por ejemplo, el simple acto de conducir en medio del tráfico lo que active el patrón de contraer la respiración, los músculos del cuello y hombros, la mandíbula, la pelvis o garganta. Otro factor importante en la activación del patrón es el pensamiento negativo, el cual agrava y alimenta el ciclo de contracción por tiempos prolongados creando condiciones crónicas.

Existen tres acciones claves que pueden ayudar a elevar al espíritu y a crear balance y paz mientras se vive una vida dinámica y agitada.

1) El primer vehículo y más efectivo para quebrar el patrón es la pausa. En el estado de pausa, el cuerpo y la mente pueden retornar a un estado de balance. La pausa es el puente que une la ansiedad con la paz. Posibilita la vivencia de una conciencia plena en el cuerpo, sintiendo el cuerpo, el calor, el cosquilleo, la pesadez, la liviandad, la tensión, la debilidad, etc. En este instante, se puede activar el segundo paso.

2) El segundo elemento es la respiración. El trabajo de respiración se practica para generar un cambio que afecte al sistema nervioso y que a su vez, conduzca a un cambio en el ritmo dando lugar al nacimiento del potencial de expansión con calma. En este nuevo estado de calma, se incrementa el oxigeno en el cerebro y en todos los sistemas del cuerpo, se acelera el metabolismo, se promueve la relajación de músculos, tejidos y al momento de máxima inhalación (fase de expansión) luego se activa la fase de contracción eliminando los residuos del cuerpo, liberando tensión y negatividad en el pensamiento.