la-cura-para-el-auto-sabotajePor Perla Hoffman

Semánticamente hablando, entiendes lo que significa valorarte, honrarte y amarte y, sin embargo, algo siempre interfiere y no puedes lograrlo.  Entonces decides valorar, honrar y amar a otros esperando recibir lo mismo, y claro está, nunca sucede como tú esperabas.

Algo muy adentro te urge que es imprescindible internalizar esos conceptos si quieres vivir en plenitud.  Llenas el día con pensamientos y afirmaciones positivas, meditas y haces todo a tu alcance. Sin embargo, terminas con la misma inquietud: ¿Por qué nada funciona para mí?

Para los que estamos en el camino del crecimiento personal y la expansión espiritual, no dudamos en afirmar que el universo es un lugar lleno de amor, bondad y expansión.  Sabemos que nuestra vida debería desarrollarse con facilidad y gracia.  Repetimos sin cesar que para el universo, la escasez, las limitaciones y lo imposible, son ilusiones del ego y por lo tanto no existen.

Aún con todos estos conocimientos, no logramos transformar nuestras vidas.  Nos quedamos en un espacio de “espera” cuando la vida nos da una de sus múltiples pruebas. Total, “El tiempo del universo es perfecto.  Quizás la próxima vez”.

Te propongo lo siguiente. El universo jamás ha dejado de hacer su parte y nosotros somos los que no hemos cumplido con nuestra parte…

Valorarnos, Honrarnos y Amarnos

En la serie de televisión “Sexo y La Ciudad”, el personaje de Samantha es para muchos egoísta, arrogante y muy en sintonía con sus propios intereses.

A veces hasta nos cae mal y nos regocijamos pensando que jamás seremos como ella. Pero qué tal si retrocedemos un poco y vemos a Samantha desde otro punto de vista.  ¿Será posible que ella, en esencia (sin la exageración, por supuesto) es una perfecta descripción de una persona que se ama, se honra y se respeta a si misma?

¿Te puedes imaginar a Samantha odiándose por algo que hizo?  ¿Te la puedes imaginar no logrando sus deseos o metas?

¿Qué es lo que Samantha entiende que nosotros no hemos captado?

Si Samantha medita, te apuesto que jamás cruzaría por su mente la necesidad de castigarse por cosas ocurridas en el pasado.  Por lo tanto, la primera clave que podemos aprender de ella es que el pasado es el pasado. Un tiempo al cual no se regresa.