Transmutar el legado familiar TRANSMUTAR EL LEGADO FAMILIAR ES TRANSFORMAR EL GUION DE NUESTRAS VIDAS Por Luisa Chesneau-Pichardo ¿Cuántas veces nos hemos visto repitiendo conductas y situaciones similares a las experimentadas por nuestros padres, abuelos y otros ancestros, en ocasiones sin entender el por qué y, en otras, sin percatarnos del impacto de esos acontecimientos en nuestra propia existencia? La vida es generosa y nos brinda oportunidades de conocer nuestro legado familiar para ponerlo al servicio de nuestro cambio interior. Creamos o no, en buena medida somos el resultado de las acciones de nuestros antepasados y estamos llamados a transmutar ese legado para transformar el guion de nuestras vidas. Pero ¿cómo hacerlo? Observar, investigar, preguntar, reflexionar, determinar y evolucionar, es el camino más rápido y seguro para construir una existencia llena de significado. Cuando tomamos consciencia de nuestra memoria familiar y desentrañamos la sucesión de acontecimientos con la que fue construida, hacemos las causas para fortalecer un crecimiento personal que impregne a todos los miembros de nuestras familias 7 generaciones atrás y 7 generaciones adelante. Es un proceso místico que entendemos cuando lo experimentamos y cuando nos convencemos que tenemos el poder de transformarnos aquí y ahora. Cuando a pesar de las equivocaciones cometidas por nuestros antecesores, decidimos honrarlos y en su nombre esforzarnos por nunca más cometer los mismos errores, en ese momento se produce la chispa de la transmutación del legado, que depende únicamente de cada uno de nosotros, de nuestro coraje y resolución. La vida nos habla de múltiples formas, y cuando de la familia se trata, por muy duras que sean estas relaciones ellas contienen la semilla de la transformación. Así que cuando evitas juzgar, cuando te expresas positivamente, cuando te perdonas y perdonas a los demás, cuando eres capaz de reflexionar antes de hablar, cuando rompes con tu ego al compartir con el otro – en ese instante ganamos la batalla sobre nosotros mismos. En otras palabras, cuando apreciamos el legado familiar y vivimos con convicción y empeñados en transformar aquellos asuntos que nos hacen infelices, en ese instante logramos la victoria. Comparte esto: Click to share on Facebook (Opens in new window) Facebook Click to share on X (Opens in new window) X