crudos-o-cocinadosPor el Dr. Paul Haider

En el principio el hombre recolectaba alimentos y más tarde aprendió a cocinarlos, así que estábamos comiendo alimentos crudos hasta que nos enteramos del fuego y cómo cocinarlos. Ambos tienen beneficios para la salud.

Los alimentos crudos están llenos de nutrientes naturales, vitaminas, enzimas vivas, y la energía Chi que incluso se puede ver con la fotografía Kirlian. Con los alimentos vivos obtenemos la mayor parte de los nutrientes; y no sólo eso, sino que también obtenemos la energía Chi que se mueve a través de nuestros meridianos y que son esenciales para cada parte de nuestra estructura de vida.

Los alimentos crudos están llenos de un montón de maravillosos antioxidantes que nos ayudan a mantenernos y sentirnos más joven. Al mismo tiempo reducen nuestras posibilidades de contraer enfermedades tales como enfermedad cardiovascular, ictus, cáncer y enfermedad auto-inmune.

Los alimentos crudos impulsan nuestro sistema inmunológico y desempeñan un papel importante en el suministro de nutrientes para las hormonas, enzimas y neurotransmisores que trabajan juntos en una sinfonía que es absolutamente importante para la salud y el bienestar.

Los alimentos crudos nos permiten tener un mejor sueño, más energía y vitalidad, más memoria, y pelo, piel y uñas fuertes, hermosos y llenos de brillo.

Las frutas y verduras crudas promedio tienen más fibra que los alimentos cocinados, y son reconocidas por el cuerpo como alimentos amistosos, por lo tanto todos los nutrientes entran en las células con facilidad. Los alimentos crudos contienen enzimas y fibra viva que ayudan con la digestión, lo que desata una cadena de reacciones que provocan la descomposición adecuada y la asimilación de los alimentos. Al mismo tiempo, al crear más volumen que se mueve a lo largo del intestino crea una buena eliminación. Los alimentos cocidos pueden crear toxinas, especialmente cuando los asamos y terminan con la carbonización en el exterior de las carnes y verduras.

Con los alimentos crudos ganamos muchos nutrientes maravillosos que neutralizan los antojos de alimentos, por lo tanto nos sentimos más en paz. Perdemos peso porque los alimentos crudos no están tan concentrados como los alimentos cocinados, por lo que nos sentimos llenos rápidamente y los sensores en nuestro estómago nos dicen que tenemos todo lo que necesitamos. Esto desencadena una cascada de efectos en nuestro cerebro que nos dice que somos felices, estamos en paz y ya no tenemos que preocuparnos por la comida.