4. Es más fácil llevar a cabo las cosas que se encuentran en la lista de deseos que una resolución. Cuando la vida se define en bloques de 365 días los cuales nunca jamás tendrás la oportunidad de volverlos a vivir, eso inclina uno a seguir adelante con cada emocionante posibilidad. Mirar la vida como temporal que se nos escapa y termina nos da una maravillosa sensación de urgencia para atrapar toda la alegría que se pueda mientras tengamos vida.

5. El tener una lista de deseos en lugar de resoluciones impide el auto-sabotaje.  Año tras año escucho a gente que se da golpes contra la pared por no poder llevar a cabo sus resoluciones.  Es una profecía contraproducente para algunas personas establecer una meta demasiado alta y después no cumplir con ella, lo cual luego refuerza  en sus propias mentes que son perdedores. Nuestros pensamientos sobre nosotros mismos tienen un efecto directo sobre nuestro estado de ánimo, nuestra autoestima y nuestras acciones. Elegir darnos incentivos en lugar de mandatos es una manera de ayudar a minimizar el propio “crítico interno” y disminuir su efecto sobre nosotros mismos.

Siéntate este  mes y haz una lista de deseos. Realmente  piensa como si este año pudiera ser el último. Imagina como sería, si al final de la vida, miraras hacia atrás y sintieras que has hecho todo lo que realmente has querido  hacer. Imagina el legado que puedes dejar a tu familia,  dando el ejemplo dejando que cada día cuente, por lo que cada día es decisivo hacia el cumplimiento de todas las cosas especiales y mágicas que puedes soñar en tu vida.