El asunto es que estamos más sintonizados con el sufrimiento, la carencia y la enfermedad que con la felicidad, la abundancia y la salud. “Sesenta y dos mil cuatrocientas repeticiones hacen una verdad”. Dijo Aldous Huxley en su obra “Un Mundo Feliz (Brave New World). Lo que nos introduce al tema de cómo nos programamos. Somos lo que comemos, lo que pensamos y lo que sentimos. ¿Cuáles son nuestros pensamientos cotidianos? ¿Cuál es nuestra emoción dominante? Hasta la Biblia advierte contra las “vanas repeticiones”,  de lo que se desprende que sostengamos solo aquello que nos aporte bienestar.

Todo lo que mantenemos en la  mente esta advocado a manifestarse. Es importante que hagamos consciente lo inconsciente y que entretengamos en nuestra pantalla mental solo imágenes jubilosas. Usemos nuestra energía psicológica para edificarnos ¡no para destruirnos!

Einstein quería conocer los pensamientos de Dios en ecuación matemática, y recibió la formula de la materia. ¿Sabes lo que quieres? Decrétalo ya y visualízalo día y noche. Repite tus afirmaciones hasta que se hagan realidad. Ese es el significado del mandato del apóstol Pablo  “orad sin cesar”.

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