Mirar a esta mujer, que se convirtió en Princesa en su día y que pronto destruyo su propia felicidad por la ausencia de amor en su vida (porque esto es la autoestima) fue muy conmovedor. A su edad, más de cincuenta años, finalmente estaba comprendiendo que el amor que le falto de niña, había formado un auto-concepto de no ser merecedora del amor, el dinero, y la felicidad. No nos engañemos, nadie puede aprender autoestima, pues no es una habilidad, sino es un sentimiento profundo que se deposita beso a beso; caricia a caricia; afirmación tras afirmación en la infancia. Yo me atrevo a decir que esto se hace en los primeros nueve meses de la vida del niño y se va reforzando hasta llegar a los siete años. Pasado este período, si no se ha transmitido este sentimiento, esa persona saldrá a la vida con una serie de complejos e inseguridades que le amargarán la experiencia de estar vivo.

Cuando una persona carece de autoestima, como ha sido el caso de Sarah Ferguson, se limitará a sí misma para vivir la vida a tope. No se permite convertirse en la mejor versión de sí misma porque no sabe cómo hacerlo. Esto es así pues los miedos, las inseguridades y la poca valía personal se lo impiden. Aquél carente de una sana autoestima no puede amar a otros y no puede relacionarse en completa libertad, pues sus miedos y complejos lo paralizan.

En la serie, “Encontrando a Sarah” la Duquesa de Ferguson vivió un proceso interno y externo que le permitió conectarse con el auto-amor. Por medio de ese proceso comprendió el por qué de su incapacidad para relacionarse con los hombres. Su inseguridad que le llevaba a querer tener contento a todo el mundo , la relación adictiva con la comida y la poca habilidad  para manejar el dinero. Con este ejemplo nos damos cuenta de que sentirse merecedor de la felicidad y capaz  no, no está relacionado en qué tipo de cuna se nació, sino más bien, con el tipo de amor que se nos brindó de niños. No debemos desestimar la fuerza que tiene esta habilidad para ser felices en la vida, así como no debemos de hacernos de la vista gorda y pasar por alto complejos y miedos a la hora de educar a los hijos. Si has identificado que hay algo dentro de ti que te incomoda, que te impide sentirte seguro, único e irrepetible y  bloquea  tus relaciones humanas, es probable que necesites explorar la posibilidad de que tu autoestima este herida. Te invito a tomar acción ahora mismo, tu corazón y los que te aman te lo agradecerán.