por John Hollandtienes-angeles

¿Alguna vez te ha sucedido algo que fue traumático o que te provoco miedo y saliste ileso? ¿Eres tu esa persona afortunada, o tal vez has escuchado historias de personas que parecen atraer a esa suerte? ¿Te has preguntado cómo o por qué ocurren coincidencias benditas o eventos sincrónicos para algunos y no para otros?

Tal vez estas personas afortunadas tienen ángeles a su lado. En el pasado, he hablado acerca de los guías espirituales, pero realmente no he mencionado a los ángeles. Los ángeles están en una categoría diferente a los guías, ya que son “Mensajeros de Dios”, y miles de personas de diferentes culturas han tenido experiencias con estos seres. De acuerdo con la antigua tradición judía, los ángeles fueron los primeros seres inteligentes, creados por Dios para ayudar a mantener la vida y nos ayudan en todas las áreas de nuestras vidas. ¿Alguna vez te dijiste a ti mismo: “¿Cómo pude salir de esa situación sin peligro? Debe de haber sido suerte.” Bueno, puede que la suerte tenga algo que ver, pero lo más probable es que tuviste un poco de ayuda angelical.

El mes pasado tuve a un gran invitado en mi programa de radio de Hay House, Sunny Dawn Johnston, intuitiva angelical y médium. Ella le contó a mi público su historia acerca de ser una madre soltera adolescente recibiendo asistencia del gobierno. En su desesperación, les rezó a los ángeles en busca de ayuda y orientación. ¡Sus oraciones fueron contestadas de inmediato! Ella fue a la búsqueda de un empleo, una vivienda y el apoyo suficiente para ayudarla a ella y a su hijo a prosperar y ser feliz. Por cierto, fue un gran espectáculo y las líneas telefónicas fueron inundadas con llamadas.

Después de que el espectáculo había terminado, recordé algunas instancias de mis propios momentos de suerte y supuestas coincidencias, y uno en particular se destaca. Yo estaba en un estacionamiento de Los Ángeles y estaba conduciendo por una rampa empinada. Otro coche salió volando por encima de la rampa en la dirección opuesta, viniendo hacia mí a gran velocidad. De repente, mi auto dejó de funcionar justo a tiempo. Si yo hubiera seguido adelante, me hubiera golpeado el coche de frente, pero porque mi auto se detuvo tan de repente, el otro coche tuvo espacio para evitarme.