Golpeada pero no derrotada

A medida que nos trajeron los caballos, vi a Magia en la dinámica de ese día. Sentí una verdadera compasión y empatía por sus problemas. Cuando llegamos aproximadamente a mitad de la comida, me di cuenta de que estaba acercándose a la cerca y pisando algunos caballos que querían ser el próximo en línea. Se estaba afirmando y aumentando su rango de ese día. Fue inspirador verla porque, a pesar de que había sido rebajada un poco, ella todavía tenía el valor dentro de ella para “volver a ponerse de pie” por decirlo así.

La verdadera lección vino cuando comenzó a lavar sus heridas. Yo tenía que sostenerla, mientras que el otro voluntario la revisaba y lavaba. Era evidente que estaba un poco incómoda durante este proceso, pero se calmó con mi apoyo y caricias constantes. Sin embargo, mientras la acariciaba y le aseguraba que todo iba a estar bien, me di cuenta claramente de que ¡era yo a la que estaba tranquilizando!

Los caballos son espejos grandes y brillantes. Tienen profundas lecciones que enseñarnos acerca de nosotros mismos, si estamos dispuestos y a aprender. Mientras la miraba a los ojos, pude ver que ella se estaba comunicando conmigo y que me estaba diciendo que yo también todavía tenía algo de picor en mí y que aunque las cosas pudieran parecer estar en retroceso por el momento, pronto estaría en movimiento de nuevo con renovado vigor y visión. Simplemente era tiempo para nutrirme y ser nutrida por los demás. Esto no es algo que es naturalmente parte de mi naturaleza y es muy difícil para mí. Su mensaje fue tan profundo – nutrirse a uno mismo y permitir ser nutrido por otros. ¡Fue un concepto extraño para mí!

No es ningún secreto que en este momento los tiempos son difíciles para muchos. Nuestra cultura nos ha programado para esforzarnos, lograr y hacer y ¡listo! Nuestra naturaleza consumista nos coloca en un ciclo constante de obtener y conservar lo que hemos obtenido. En medio de este tapiz rodante que ha ido aumento en velocidad, hemos perdido lo que es estar verdaderamente conectados y presentes con nosotros mismos y con los demás. Es un momento en que tenemos que recortar algo de nuestra lista de tareas, hacer una pausa y alimentarnos a nosotros mismos y a los demás.